¿Quién dijo que cocinar era sólo cosa de chefs de televisión y recetas pretenciosas? Los trucos de cocina son ese secreto a voces que todos deberíamos practicar. Desde abuelitas en sus cocinas hasta jóvenes viviendo solos por primera vez, hay algo en estos consejos que hace que cualquiera pueda llevar su cocina al siguiente nivel. Ya lo decía mi abuelo, la mejor innovación comenzó con un toque de creatividad y una pizca de sentido común.
¡Vamos a poner en marcha el primer truco! Si estás harto de que tus verduras se pongan mustias después de dos días, llévalas de vuelta a la vida con un baño helado. Sí, así de simple. Llena un recipiente con agua y algunos cubitos de hielo, y verás cómo las zanahorias, apios y rábanos vuelven a ser crujientes, casi como si acabaran de salir del campo. Y si de paso sorprendes a tu familia, mucho mejor.
Pasemos al siguiente, y este sí que ahorrará tiempo y frustración: si alguna vez has cocinado bacon, sabes el desastre que puede llegar a ser. Aprende de una vez que el horno es tu verdadero amigo. Coloca el bacon en una bandeja apta para horno y, en unos 15 minutos a 200 grados, tendrás tiras perfectas, crujientes y sin esa grasa que inevitablemente termina salpicando todo.
El truco número tres va dedicado a los amantes de la repostería. La próxima vez que quieras sorprender con galletas caseras, añade un toque de sal gruesa justo antes de hornearlas. Toda esa palabrería de perfiles de sabor y contrastes está bien para los esnobs, pero este truco de sabor hará que hasta tus amigos más exigentes pidan otra ronda.
Ahora, vayamos a una cuestión más sensible. Todos hemos tenido ese momento de locura donde olvidamos qué sartén utilizar para cada tipo de comida. Ten una sartén especial para esa suculenta pieza de carne. Que no te engañen, invertir en un buen sartén de hierro fundido es la diferencia entre un bistec mediocre y uno que rivaliza con los de los mejores restaurantes. El calor uniforme y el acabado crujiente son imbatibles.
Por otro lado, si eres de los que compran recetas premisas porque "no tienes tiempo", permíteme lanzar un desafío. Aprender a cortar un pollo entero no sólo es una habilidad impresionante, sino que también te ahorrará esos euros de sobra y permitirá obtener todas las partes del ave, incluidas las preciosas carcasas para caldo. Esto no es para los que quieren todo fácil, claro. Pero si te tomas la cocina en serio, es una opción invaluable.
Y aquí va el truco que todos subestiman. Si eres de los que, como yo, no soporta lidiar con sartenes pegajosas, acostumbra calentar tus utensilios de cocina antes de añadir las gotas de aceite. Suena ridículo, pero el resultado es sorprendente: el aceite se deslizará mejor, y el resultado será una preparación menos pegajosa. Menos calorías también, por si andas preocupado por la dieta.
Ahora miremos un poco al universo de las pastas. ¿Canalizando a la abuelita italiana? Intenta esta pequeña modificación la próxima vez que prepares pasta. Resérvate un poco del agua de cocción antes de escurrirla del todo. Este líquido contiene almidón y ayudará a que la salsa que prepares se adhiera mejor a la pasta. ¡Los sabores quedarán atrapados de la mejor manera posible!
A menudo me río de aquellos que se quejan de sobras de pan. Tina las migas para hacer un sabroso crujiente que llevarán tus platos a un nivel gourmet. Con un poco de mantequilla, sal, y tal vez una pizca de ajo en polvo, esas migajas pueden transformar el filete de pescado más aburrido en un plato que tus invitados recordarán.
Este apuntador culinario es simple, eficiente y no tiene agenda. Simplemente existe para que cada uno de nosotros tome control de su cocina, evitando depender de instrucciones ajenas y volviendo a lo básico: el sabor, la apariencia y el disfrute de la preparación de alimentos. Hemos convertido el acto de cocinar en algo complicado, gracias a liberales que promueven la dependencia total de servicios y productos tecnológicos. Pero estoy aquí para recordarte que con creatividad y estos tradicionales trucos, tu cocina puede ser un lugar donde te expreses libremente, como los pioneros del pasado.
Así que la próxima vez que entres a tu cocina, acuérdate de estos trucos. Porque aunque no siempre podemos cambiar el mundo, sí que podemos hacer que nuestra pequeña parte en él sea mejor. ¡Pues ahí lo tienes, una revolución sin bandera pero con mucho sabor!