Roberto Salvarezza: ¿Un Científico O Un Peón Político?

Roberto Salvarezza: ¿Un Científico O Un Peón Político?

Explora la dualidad del exministro Roberto Salvarezza, un respetado científico que ha navegado por la política bajo las dinámicas del kirchnerismo en Argentina.

Vince Vanguard

Vince Vanguard

¿Qué pasa cuando un científico abandona el laboratorio para meterse en la política? Bien, te cuento la historia fascinante de Roberto Salvarezza, un bioquímico de renombre que se convirtió en uno de los políticos más influyentes de Argentina bajo la bandera del populismo kirchnerista. Salvarezza, con un currículum impresionante en el ámbito científico, saltó al escenario político en un momento en que Argentina luchaba por redefinir su identidad política y económica. Se unió al gabinete de Alberto Fernández en diciembre de 2019 como Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, basándose en su antiguo compromiso con el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Su dirección se ha caracterizado por unas decisiones que han despertado no pocas controversias, en gran parte debido a su alineamiento político, más que científico, con la agenda kirchnerista.

Para entender a Salvarezza, primero hay que mirar su rol en la ciencia. Es famoso por su investigación en nanotecnología y ha publicado más de 250 trabajos científicos. Pero su entrada en la política en 2015 marcó un antes y un después en su vida profesional. Cuando el kirchnerismo buscaba reforzar su presencia en todas las facetas de la vida pública, Salvarezza fue una ficha clave, vendiéndonos la idea de que la ciencia y la política pueden caminar juntas. Pero, ¿pueden realmente?

Sería ingenuo no ver que su vinculación política le ha otorgado más recursos, pero también podemos argumentar que la ciencia se ha politizado con sus decisiones. Roberto ha sido elogiado por devolverle protagonismo a la ciencia en tiempos de crisis, pero su enfoque ha estado centrado en proyectos cuyos beneficios políticos son evidentes, más que científicos. ¿Dónde está el rigor científico cuando uno debe rendirle cuentas a un gobierno populista? Pareciera que en el laboratorio de la política, la metodología científica se queda obsoleta.

La cosmovisión de Salvarezza de la ciencia alineada a una agenda política ha despertado críticas en el mundo académico. Los fondos han fluido hacia iniciativas que si bien pudieran tener mérito, carecen de la objetividad necesaria alejada de la política. Argumentos de comunidad científica exponen que la transparencia y la autonomía investigativa son a menudo sacrificadas.”,

La era de la pandemia del COVID-19 le dio a Salvarezza una plataforma única para demostrar sus capacidades. Manejó la situación como experto, sí, pero también como funcionario del Estado, elevando el carácter santificador de las acciones del gobierno. Las vacunas y tratamientos desarrollados durante su mandato fueron un escaparate perfecto de 'oportunidad ardid', consolidando la presencia no solo de la ciencia argentina, sino también de su ideología política en el plano mediático. Algunos dirían que el laboratorio se había convertido en un campo de batalla político.

También se ha confrontado con el dilema de la fuga de cerebros, una cuestión que diversos gobiernos argentinos han tratado de resolver. Sin embargo, sus programas para captar talento han sido percibidos más como parches que como soluciones permanentes. ¿De qué sirve atraer talento si los recursos no están diseñados para fortalecer la independencia académica sino para satisfacer demandas políticas específicas?

En el terreno internacional, su política de alianzas también ha causado revuelo. La colaboración con otras naciones en proyectos de ciencia y tecnología es necesaria, pero muchos críticos sostienen que estas alianzas están políticamente sesgadas. Estas relaciones, más allá de lo que se esperaría dentro del ámbito científico, tienden a favorecer países con los cuales los gobiernos kirchneristas tienen afinidades políticas.

¿Y qué de la gestión del presupuesto destinado a ciencia y tecnología? El rescate de un presupuesto desaparecido durante años fue otra banderita política en su haber. Sin embargo, se podría cuestionar cómo se distribuyen esos fondos. Como ministro, Salvarezza orquestó una escala de prioridades que algunos critican como actos más de lealtad al partido que de lógica científica.

Algunos dirán que Salvarezza es un héroe académico que llevó a la ciencia argentina a nuevos horizontes; otros verán en él a un peón de una maquinaria política bien aceitada. Roberto, un científico comprometido, se ha visto envuelto en un entorno donde la línea que separa la ciencia de la ideología política se ha borrado casi por completo. La razón quizás radica en cómo algunos liberales creen que política y ciencia son complementarias; sin embargo, cuando la política supera a la ciencia, ¿qué queda para la verdad y el descubrimiento que impulsa el progreso humano? En fin, la senda de Salvarezza es un compuesto intrigante de ambición científica y astucia política que no deja indiferente a nadie.