Hay un lugar en España que hace temblar a más de uno. Se trata del Museo de la Naturaleza y Arqueología, ubicado en Santa Cruz de Tenerife, que te ofrece una sobredosis de historia y ciencia. Nada mejor que un museo que no adoctrina ni intenta lavar cerebros. Aquí lo importante es la realidad, no dar sermones políticos. Conozcamos por qué este museo es imprescindible en cualquier itinerario.
El museo se sitúa en la antigua sede del Hospital Civil de Tenerife, y a decir verdad, las historias que se cuentan entre sus paredes son mucho más emocionantes que cualquier película de Hollywood. Este museo alberga una de las colecciones más completas de momias guanches, testimonio de una civilización que rara vez estudian en colegios actualmente. Y, bueno, ¿quién no quiere ver un par de momias de verdad?
Pero no es solo un museo de momias. Su sección de Arqueología está llena de artefactos que cuentan la historia de las Islas Canarias desde la llegada de los primeros pobladores hasta la conquista por parte de la Corona de Castilla allá en el siglo XV. Todo, por supuesto, sin filtros ideológicos. Te aseguro que no verás discursos progresistas ni intentos de reescribir la historia canaria al gusto de algunos.
Pasa lo mismo con el área de Ciencias Naturales, donde conservan más de 130,000 ejemplares diferentes recogidos en diversos lugares de las Islas Canarias. Si te estás preguntando de qué sirve todo esto, recuerda que la política pasa, pero la ciencia es una fortaleza impenetrable.
Su exposición sobre dinámica terrestre te hará comprender la geografía volcánica que hace tan únicas a estas islas. Mientras algunos están ocupados ideando teorías para justificar el cambio climático como si fuese el apocalipsis, en este museo te los presentan desde el aspecto geológico y científico estrictamente.
Ahora bien, hablar de la museografía de este lugar es otro de los puntos fuertes. Las exposiciones son claras, nada abrumadoras y te llevan a través de los siglos con un diseño visualmente atractivo, sin caer en las exageraciones alarmistas que tanto gustan a los medios mainstream.
Entrarás en un mundo que muy pocos se atreven a explorar. En el planeta, existen quienes prefieren evitar las lecciones de la naturaleza y de nuestro pasado, pretendiendo que todo comenzó hace unos cien años. En cambio, la historia natural es lo que realmente nos muestra los ciclos del mundo, y en este museo lo puedes observar sin temor a ser bombardeado con prejuicios postmodernos de laboratorio.
Este lugar es una bocanada de aire fresco para aquellos que buscan conocimientos genuinos y tangibles. Y es que con más de 8,000 metros cuadrados de espacio lleno de vestigios históricos y biológicos, es difícil no salir con una nueva perspectiva de las cosas. Todo bien presentado, sin discurso políticamente correcto.
En fin, este museo demuestra que el conocimiento no necesita ser censurado ni modificado para adaptarse a la agenda liberal de algunos. ¡Vaya ironía! Uno de los motivos por los cuales vale la pena visitar este espacio es su amplia programación de actividades y seminarios educativos que ofrecen. Proponen una gama de talleres dirigidos a los más jóvenes. Ya sabes, esos pequeños detalles prácticos que realmente enriquecen el saber.
En economía llaman a esto "valor agregado", y es que estás obteniendo muchísimo más que sólo ver exhibiciones. Aprendes, argumentas, y llevas a casa valiosas ideas que no encontrarás en las redes sociales de moda.
Finalmente, te invito a reconsiderar tus itinerarios turísticos. Olvídate de los sitios que apelan más a lo contemporáneo y fugaz, y elige viajar por el camino de la maravilla ancestral. La oferta cultural del Museo de la Naturaleza y Arqueología es vasta y robusta, y sí, puede que te saque de tus casillas toda esta perspectiva, pero a menudo es necesario el verdadero aprendizaje, incomodo o no.