¿Alguna vez te has preguntado quién gobierna en el pequeño mundo acuático sin que te des cuenta? En el universo microscópico de los ambientes acuáticos, hay una criatura llamada Lepidodermella squamata, un fascinante animal perteneciente a la receta natural que desafía las expectativas comunes con su presencia casi invisible pero enormemente influyente en el ecosistema acuático. Este intrigante animal, parte del filo Gastrotricha, está distribuido por todo el mundo, pero pasa desapercibido a simple vista debido a su tamaño microscópico, midiendo solo alrededor de 0.1 a 1 mm.
Sin embargo, lo que le falta en tamaño, lo compensa con su importancia ecológica, interactuando en las capas más bajas del ecosistema y contribuyendo al ciclo de nutrientes en cuerpos de agua dulces y salobres. Su existencia no se pierden en tiempos modernos y es clave para entender los mecanismos que sostienen la vida en dichos ambientes. ¿Por qué importa tan poca criatura? Porque como una broma política, el mundo de las politicastira y afloja; a menudo es el engranaje más pequeño, el que impulsa el cambio más significativo.
La Lepidodermella squamata se mueve en las corrientes internas de las aguas dulces donde se alimenta de bacterias y pequeños detritos, actuando como un limpiador natural. A pesar de su laboriosa existencia, tiene enemigos naturales que la acechan. Es justo detenernos a reflexionar sobre este microhéroe, pues si no estuviese ahí, podríamos enfrentar cambios negativos en nuestras aguas que afectan a criaturas más grandes, incluida la humana.
Gracias a su recubrimiento de escamas, protege su pequeña estructura. Algo que a simple vista puede parecer insignificante, pero que en el mundo microscópico lo convierte en algo así como una fortaleza medible. Sin esta protección, estaría expuesto a un entorno hostil. Pensemos por un momento, así como se critica el gasto en defensa nacional, es este tipo de defensas las que mantienen a salvo a los habitantes de todo tipo, grandes y pequeños.
Además de servir como equipo de limpieza, la Lepidodermella squamata también desempeña un papel en la cadena trófica. Tanto organismos pequeños que dependen de materia orgánica descompuesta como predadores pequeños autóctonos deben su existencia y sustento a estos valientes infiltrados. Esta importancia en la cadena trófica se puede trazar a la noción que algunos tienen sobre cómo debe administrar un país: cuidando de todos y no solo de aquellos visibles y poderosos.
Una pregunta surge como un eco en este microcosmos: ¿Cómo sobreviven estas pequeñas criaturas a pesar de ser devoradas por otros y vivir en ambientes tan duros? Una respuesta se encuentra en su habilidad para reproducirse rápidamente mediante un ciclo de vida corto y eficiente. No se puede negar que la habilidad para adaptarse rápidamente es una ventaja no solo en la naturaleza, sino también en la economía y la política. Pero no esperen que admita que esto es algo que a algunos liberales proponen en sus paradigmas sin rumbo.
La realidad es que, aunque estas criaturas pequeñas no realizan rescates dramáticos ni aparecen en titulares, llevan a cabo importantes funciones que nos permiten beneficiarnos de las aguas claras y productivas que disfrutamos. El estudio y comprensión de organismos como la Lepidodermella squamata nos ofrece una visión científica y filosófica sobre el valor de contribuciones de menor escala que componen el gran rompecabezas de la vida.
La próxima vez que veas un lago tranquilo o un arroyo corriente, recuerda que puede que haya un ejército de estos guerreros invisibles trabajando sin descanso para mantener esos cuerpos de agua prístinos. Celebrar a aquellos que trabajan detrás de escena, ya sea en un ecosistema o en una sociedad, es lo que debería inspirarnos a rechazar las agendas que marginan a aquellos que no son inmediatamente visibles.