Toomas Sulling imagina que la vida es como una serie de latidos del corazón, cada beat representa una oportunidad para hacer el bien. Este renombrado cardiólogo nacido en Estonia ha dedicado su carrera a cambiar lo que está roto, al igual que los corazones de sus pacientes. Nació en Tallinn, Estonia, un país pequeño, pero con un corazón grande en tecnología y medicina. Desde los años 70 hasta hoy, Sulling ha estado escribiendo su historia con intervenciones quirúrgicas innovadoras, realizando más de 4,000 operaciones de corazón abierto.
Sulling no solo es conocido por su habilidad con el bisturí, sino también por su compromiso con la educación médica. Cree que los conocimientos deben ser transmitidos para que otros puedan seguir sus pasos y llevar su legado más allá. Su trabajo no se limita a la sala de operaciones, también ha sido profesor en universidades de Estonia, donde ha inspirado a la próxima generación de médicos. Imagina un futuro en el que las tecnologías puedan salvar más vidas y él ya está trabajando para hacer de esa visión una realidad.
El impacto de Sulling se siente más allá de Estonia. A principios de los 80, cuando el mundo parecía estar aún dividido por muros y cortinas de hierro, Sulling miró más allá de las fronteras. Participó activamente en programas internacionales de intercambio médico, lo cual le permitió entender cómo diferentes culturas y sistemas de salud abordan problemas comunes. Este enfoque abierto al aprendizaje y la colaboración internacional está en el corazón de lo que hace.
Es justo pensar que Sulling podría haber seguido un camino más fácil, tener una vida cómoda haciendo rutinas médicas en un hospital pequeño; sin embargo, su ambición siempre fue mayor. Su trabajo llevó al primer trasplante de corazón en Estonia, un logro que requiere no solo experticia médica, sino también una perseverancia y optimismo especiales. No todos entienden que detrás de cada cirugía hay un equipo, una cadena de esfuerzos que van más allá de lo individual.
En el ámbito académico, Sulling ha escrito numerosos artículos y estudios que han ayudado a perfeccionar las técnicas de cirugía cardíaca. Es respetado por sus colegas por su meticulosidad y pasión, pero también por su mente abierta y sus ganas de escuchar. Aunque tiene raíces firmes en la medicina tradicional, siempre explora nuevas técnicas e innovaciones.
Mientras tanto, Sulling también se enfrenta a quienes critican el tiempo y la inversión dedicados a procedimientos de alta tecnología versus cuidados primarios. Algunos defienden que en países con menos recursos, es más importante concentrarse en cuidados básicos. Sin embargo, Sulling argumenta que las dos áreas pueden coexistir y beneficiarse entre sí, y que la innovación es el camino para superar los desafíos médicos del mañana.
En un mundo ideal, Sulling cree que la medicina debería estar libre de barreras económicas y políticas, donde cada persona pueda acceder a la mejor atención posible sin importar su origen. Su visión es clara: un sistema de salud global donde compartir conocimientos y tecnología es una obligación moral más que solo una posibilidad técnica.
¿Qué podemos aprender de Toomas Sulling? Que cada acto médico tiene el potencial de redefinir una vida. En estos tiempos en que Gen Z enfrenta cambios constantes, sus principios inspiran a valorar el conocimiento, la comunidad, y por encima de todo, la humanidad. Sulling trae consigo una lección de optimismo informado y un compromiso verdadero que nos invita a reinventar no solo el ámbito médico, sino la forma en que interactuamos y ayudamos en una sociedad global.