Walerian Stroynowski es el tipo de figura que podría hacer que cualquier progresista tuviera una crisis de identidad. ¿Quién fue este hombre intrigante y por qué su legado es tan importante? Stroynowski, nacido en 1759 en Polonia, fue un filósofo, economista y, sobre todo, un audaz defensor de la libertad individual. Durante los turbulentos tiempos del siglo XVIII, Stroynowski se destacó como una voz pública en favor de ideas que hoy en día encenderían más de un debate en Twitter. Su notable carrera se orquestó principalmente en el corazón de Europa, donde abogó sin cesar por el liberalismo clásico y, a pesar de estar rodeado de monarquías absolutas e ideas socialistas tempranas, se mantuvo firme como un bastión de los ideales libertarios.
Primero, hablemos de valentía. Stroynowski no se limitó a pensar; actuó, y eso ya es más de lo que se puede decir de muchos 'activistas de sofá' modernos. En un período en el que las mentes brillantes a menudo languidecían en la oscuridad por hablar en contra del poder, él avanzó con coraje para defender su visión de una sociedad más justa y libre. Fue un crítico feroz del estatismo y de las cargas fiscales, temiendo lo que hoy muchos consideran una realidad: el control excesivo del gobierno como un obstáculo para el potencial humano. Si Stroynowski estuviera vivo hoy, sin duda provocaría más de un debate acalorado en tertulias ideológicas modernas.
Por otro lado, su legado filosófico desafió los dogmas establecidos de su tiempo. ¿Acaso no es hilarante que algunos todavía enarbolen la bandera de la redistribución de la riqueza como panacea? Stroynowski vería esto como un ejercicio de futilidad. Como defensor del mercado libre, promovió la idea de que cuando el individuo es libre de buscar su bienestar, todos se benefician. Claro, los progresistas prefieren un estado protector que promete igualdad de resultados, ignorando ingenuamente que esto a menudo conduce a más desigualdad a medida que el medio escoge a los ganadores y perdedores.
A pesar de haber escrito hace siglos, Stroynowski entendía perfectamente lo que muchos parecen olvidar hoy: la propiedad privada es el pilar de la libertad. Planteó que sin la protección de la propiedad, todos los demás derechos serían mera ficción. En un mundo donde la inflación galopa desenfrenada y las libertades individuales se ven erosionadas en nombre del "bien común", uno sólo puede imaginar lo que tendría que decir sobre las ideologías modernas que intentan borrar este principio fundamental.
Ahora, no es que los conservadores tengamos una bola de cristal, pero Stroynowski definitivamente estaba adelantado a su tiempo. Su pensamiento alertó sobre los peligros de una burocracia creciente mucho antes de que fuera cool preocuparse por eso. No creía en la santidad del estado, sino en la fuerza del individuo para autorealizarse sin las ataduras de un gobierno omnipresente. Y en el ámbito de la política fiscal, el hombre no andaba con rodeos. Abogó por impuestos bajos y criticó las cargas tributarias como un freno al ingenio humano.
La educación fue otro campo en el que dejó su marca, luchando para que las ideas se discutieren abiertamente y sin censura. Defendía que el pensamiento crítico era el camino hacia la iluminación y el progreso. Stroynowski sabía que la educación no debería ser una máquina de propaganda estatal, sino un foro libre de expresión donde florecen las grandes ideas. Apuesto a que tendría varias palabras para los sistemas educativos que hoy parecen más interesados en adoctrinar que en educar.
Nunca ha sido fácil desafiar el status quo y mantenerse de pie, especialmente cuando los vientos políticos soplan en dirección opuesta. Sin embargo, el coraje de Stroynowski para cuestionar y para mantenerse firme, es tan relevante hoy como lo fue entonces. Mientras el mundo moderno parece tambalearse bajo las complejas intersecciones de política, economía y cultura, sus enseñanzas siguen ofreciendo una perspectiva que prioriza la libertad por encima de todo.
Así que la próxima vez que alguien intente decirte que las ideas de libertad individual y libre mercado son ideas obsoletas, recuerda a Walerian Stroynowski, el héroe olvidado que defendió con audacia lo que muchos ahora ofrecen sin pensar dos veces. Porque fue más que un pensador; fue un defensor incansable de un futuro donde el individuo es libre y soberano sobre su propio destino.