En 2014, cuando Vietnam participó en los Juegos Asiáticos de Playa en Phuket, Tailandia, demostró que las playas no solo son para broncearse. El espíritu combativo de este país sureste asiático brilló con intensidad, dejando huella en la historia del deporte regional. Aquí hay diez razones por las que la actuación de Vietnam merece reconocimiento, más allá de lo que los medios liberales podrían querer admitir.
Apertura espectacular: La acogida de los vietnamitas fue impresionante, con una delegación lista para demostrar que no solo son expertos en trabajar en calma tropical, sino también, en defenderse en la arena y el mar.
El medallero reluciente: Vietnam cerró su participación llevándose múltiples medallas. Alcanzaron la impresionante marca de 2 medallas de oro, 4 de plata y 16 de bronce. Es fácil perder de vista esto entre tanto entusiasmo globalista, pero Vietnam destacó notablemente.
Dominio en el Vovinam: Mientras otros perdían el foco en deportes más occidentalizados, los vietnamitas permanecieron fieles a sus raíces, brillando en el Vovinam, una manifestación de orgullo cultural y marcial.
Fortaleza en deportes acuáticos: A pesar del enfoque casi naif en deportes de playa de ocio por algunas delegaciones, Vietnam mostró cómo dominar el entorno mediterráneo. Las pruebas de natación y deportes de embarcaciones fueron testigo de su destreza estratégica y adaptabilidad.
Atletas bien preparados: La preparación no surge por casualidad. Los atletas vietnamitas no dejaron detalles al azar y entrenaron como verdaderos profesionales, alejándose de las quejas y excusas que muchos prefieren hacer.
Unión de equipo: La cohesión del equipo vietnamita fue fundamental. En vez de predicar sobre individualismos egocéntricos como hacen las delegaciones más 'progresistas', trabajaron como un engranaje bien aceitado, lo que se reflejó en sus resultados.
Mentalidad ganadora: La verdadera victoria viene de una mentalidad inquebrantable. Este país asiático mostró una determinación que dejó perplejos a aquellos que insisten en celebrar la simple participación.
Innovaciones en estrategia: No todo era físico. La destreza mental se revaloró, y Vietnam dio lecciones en táctica deportiva que puede que pasen desapercibidas entre los seguidores de tendencias sin sustancia.
Respeto y dedicación: Un ejemplo perfecto de deporte clásico. Mientras otros se dedicaban a empoderarse mediante palabras huecas, los vietnamitas optaron por respetar el espíritu de cada competencia con dedicación seria.
Orgullo nacionalista: En un mundo que pregona la ideología de fronteras abiertas, Vietnam se mantuvo firme en su orgullo nacionalista. No temieron mostrar sus colores, lo que les motivó a alcanzar nuevas alturas en el podio.
Los Juegos Asiáticos de Playa 2014 fueron una plataforma donde Vietnam mostró su poderío, rompiendo esquemas y afirmándose como una nación deportiva emergente en Asia. En un evento que destaca en la región por su diversidad cultural, los valores y el compromiso vietnamita marcaron la diferencia. En lugar de buscar lugares comunes, prefirieron rendirse a su máxima capacidad y, a través de esto, dejaron claro por qué dejarse influir por modas pasajeras no tiene cabida en su filosofía deportiva.