¡La Vendetta de la Izquierda!

¡La Vendetta de la Izquierda!

Critica a la campaña de activistas en San Francisco para prohibir los automóviles de gasolina, destacando las implicaciones económicas y de libertad personal.

Vince Vanguard

Vince Vanguard

¡La Vendetta de la Izquierda!

¡Prepárense para la última locura de la izquierda! En octubre de 2023, en la siempre polémica ciudad de San Francisco, un grupo de activistas decidió que era hora de tomar cartas en el asunto y lanzar una campaña para prohibir los automóviles de gasolina. ¿Por qué? Porque, según ellos, el mundo se está acabando y los autos son los culpables. ¿Quién necesita libertad de movimiento cuando puedes andar en bicicleta bajo la lluvia, verdad?

La idea de prohibir los autos de gasolina es tan absurda como suena. Primero, porque ignora completamente la realidad de que no todos pueden permitirse un auto eléctrico. No todos tienen el lujo de vivir en una burbuja de privilegio donde el dinero no es un problema. Además, ¿qué pasa con las personas que viven en áreas rurales? ¿Deberían simplemente quedarse atrapadas en sus casas porque alguien en una ciudad decidió que los autos son malos?

La ironía es que estos activistas probablemente llegaron a la protesta en autos de gasolina. Pero, claro, eso no importa porque están "salvando el planeta". Es el clásico "haz lo que digo, no lo que hago". Y mientras tanto, las personas comunes y corrientes son las que sufren las consecuencias de estas políticas descabelladas.

La realidad es que los autos de gasolina no van a desaparecer de la noche a la mañana. La infraestructura para los autos eléctricos no está ni cerca de estar lista para soportar una transición masiva. Y mientras tanto, la economía se vería afectada de manera devastadora. Pero, ¿a quién le importa eso cuando puedes sentirte moralmente superior?

Además, ¿qué pasa con la libertad personal? ¿Desde cuándo es aceptable que un grupo de personas decida cómo debemos vivir nuestras vidas? La libertad de elegir cómo nos movemos es un derecho fundamental. Pero parece que eso no importa cuando hay una agenda que cumplir.

Y no olvidemos el impacto económico. La industria automotriz es una de las más grandes del mundo. Prohibir los autos de gasolina significaría la pérdida de millones de empleos. Pero, claro, eso no importa porque estamos "salvando el planeta". Es fácil hablar de sacrificios cuando no eres tú quien los está haciendo.

La verdad es que esta vendetta contra los autos de gasolina es solo otro ejemplo de cómo algunas personas están dispuestas a imponer su visión del mundo a los demás, sin importar las consecuencias. Es una táctica de miedo disfrazada de preocupación ambiental. Y mientras tanto, las personas reales, con problemas reales, son las que pagan el precio.

Así que la próxima vez que alguien te diga que los autos de gasolina son el enemigo, pregúntales cómo llegaron a esa conclusión. Y, más importante aún, pregúntales cómo llegaron a la protesta. Porque, al final del día, la hipocresía es el verdadero enemigo.