El Guardián del Océano: USS Guardfish (SS-217)

El Guardián del Océano: USS Guardfish (SS-217)

¡Qué tiempos aquellos cuando el USS Guardfish (SS-217) era el terror de los mares! Este submarino dejó huella en la Segunda Guerra Mundial al hundir decenas de barcos enemigos.

Vince Vanguard

Vince Vanguard

¡Qué tiempos aquellos cuando el USS Guardfish (SS-217) era el terror de los mares! Este submarino de la Armada de los Estados Unidos, un verdadero guerrero de acero, entró en servicio en noviembre de 1941, justo antes de que Estados Unidos se involucrara en la Segunda Guerra Mundial. Su misión era clara: patrullar los océanos y salvaguardar la libertad y la seguridad, una tarea que no todos estaban dispuestos a cumplir. La izquierda pacifista de la época quizás habría preferido armarse con flores en lugar de torpedos, pero gracias al Guardfish y a submarinos como él, las fuerzas del Eje se vieron en aprietos.

Desde su debut en los astilleros de Groton, Connecticut, el USS Guardfish se convirtió en una fuerza a tener en cuenta en el Pacífico. Y si de hechos heroicos hablamos, el Guardfish no escatimó en esfuerzos para dejar su huella. Embarcando en sus numerosas patrullas de guerra, este submarino acumuló una reputación que ni el más liberal podría ignorar. Durante su servicio, el Guardfish fue responsable del hundimiento de más de una docena de barcos enemigos. Unos 72.424 toneladas de navíos enemigos enviadas al fondo del mar, demostrando que no se andaba con juegos. Entre sus hazañas, el hundimiento del IJN Irau vale la pena resaltar, lo que le valió una Medalla Presidencial de la Unidad de la Armada. Si todavía dudas de su capacidad, pregúntale al comandante Thomas B. Klakring, quien lideró sus primeras misiones legendarias.

El valor del Guardfish no solo reside en su potencia ofensiva, sino también en sus capacidades para el reconocimiento y recolección de inteligencia. Con frecuencia, se infiltraba en áreas enemigas para obtener información crucial que cambiaba el curso de las operaciones militares. Realmente, no se puede hablar del USS Guardfish sin mencionar la valentía y astucia con la que enfrentaba sus misiones. En varias ocasiones, su tripulación arriesgó hasta la última gota de sudor para obtener el éxito. Callar esto es dejar que los relatos de auténtica valentía se pierdan entre los eslóganes progresistas que ignoran tales sacrificios.

Durante toda la guerra, el Guardfish navegó por mares hostiles llevando el peso de cada misión con dignidad y precisión quirúrgica. Participó en acciones en el Mar de Filipinas, Nueva Guinea y otros muchos escenarios clave del conflicto. Y es que, queridos amigos, el USS Guardfish no se limitaba a esconderse bajo las olas: salía a la superficie cuando la situación lo requería, mostrando tanto dientes como aletas.

Y si algo caracteriza a los verdaderos héroes del mar es su versatilidad. El Guardfish, por ejemplo, no solo era un maestro cazador, sino que también fungía como salvavidas en las tormentosas aguas del Pacífico. En más de una ocasión, este coloso de acero rescató a pilotos de la fuerza aérea derribados en misiones sobre aguas enemigas. Sus tripulantes, atentos y valientes, demostraron ser una extensión del humanitarismo americano en movimiento.

Pero, ¿qué hay de después de la guerra? Como muchos grandes veteranos, el USS Guardfish no pudo escapar al paso del tiempo y fue dado de baja en diciembre de 1946. Aunque su presencia física ya no surca los mares, su legado indomable sí que perdura en nuestra memoria histórica. Contrario a lo que las narrativas recientes intentan pintar, este símbolo de esfuerzo y sacrificio representa una época en la que la libertad y seguridad eran valores no negociables.

Sin dejarse amedrentar por el ruido de detractores sin experiencia en las trincheras, el Guardfish y su tripulación perseveraron, escribiendo capítulos de gloria en los libros de historia. Claro, algunos podrían querer minimizar su impacto o rescribir su legado en nombre de una narrativa más "progresista", pero la verdad es que los ideólogos pasivos no hunden la flota enemiga ni protegen los intereses nacionales.

Por todo esto, cuando charles en la próxima tertulia sobre los baluartes de la época, no olvides mencionar al USS Guardfish (SS-217). Este no fue solo un submarino cualquiera; fue un baluarte de plomo y acero en una época en la que el mundo estaba al borde de la oscuridad. Un recordatorio vivo (aunque ahora retirado) de que a veces, para alcanzar la paz, primero debemos estar preparados para librar las batallas necesarias.