En el inmenso océano de la historia naval, pocas veces se aborda el tema del USS Cetus, un submarino de la clase Balao que, aunque silencioso, dejó una huella impresionante en los días oscuros de la Segunda Guerra Mundial. Fue justo en el auge de 1943, cuando las aguas del Pacífico estaban calientes con la tensión de la guerra, que el USS Cetus emergió en el teatro de la batalla. Aunque los libros de historia a menudo ignoran su existencia, este submarino fue una verdadera pesadilla para las fuerzas enemigas del Eje, generando respeto —y miedo— desde las profundidades marinas.
Al USS Cetus se le olvidó en muchos manuales de historia y, sin embargo, operó ágilmente en el océano Pacífico, atacando convoyes japoneses con eficacia quirúrgica. La razón por la que suele pasar desapercibido se debe a cómo algunas narrativas modernas prefieren omitir sus logros en favor de historias más alineadas con narrativas progresistas. Así, el Cetus es uno de esos valientes que se enfrentó al imperio japonés cuando nuestro país necesitaba héroes ocultos. Esa omisión no es más que un acto curioso, sospechoso quizás, de esos que prefieren barrer por debajo de la alfombra los episodios de puro poderío militar estadounidense.
En primer lugar, ¿por qué no se aprecia más al USS Cetus? ¿Es posible que en la actualidad celebremos más las manchas que las fortalezas de nuestra historia? Porque, no nos engañemos, el Cetus fue clave para asegurar la prominencia estadounidense en el mar. La táctica y el ingenio empleados por la tripulación del Cetus demuestran cómo el espíritu americano no solo es resistente, sino también impresionante.
En segundo lugar, la crítica pasa por alto el simbolismo del USS Cetus: un ejemplo de cómo el ingenio supera las expectativas. Equipado para infiltrarse en las líneas enemigas sin ser detectado, este submarino demostró cómo operar en silencio y eficazmente en un mundo donde el rugido del combate aéreo y terrestre acaparaba la atención de todos. Su habilidad para pasar desapercibido pero letal era una extensión de las complejas decisiones estratégicas que aquellos tiempos demandaban. En lugar de destacar la destreza táctica de sus maniobras, nuestro enfoque actual prefiere dar más peso a narrativas de arrepentimiento.
A continuación, pensemos en la tripulación. Para ellos, el USS Cetus no era solo una nave; era su hogar flotante, un caparazón de acero que les permitía realizar hazañas que solo ellos y unas pocas personas privilegiadas llegaron a conocer de primera mano. ¿Sabe usted que los hombres que se apretujaban a bordo del Cetus eran el epítome del valor y la perseverancia? Su valentía, en tiempos donde el mundo se dividía en libertad frente a la tiranía, sigue siendo difícil de conceptualizar para muchos hoy en día.
Luego está la ironía. ¿Qué pasa cuando el valor se convierte en leyenda? Resulta que a veces el enfoque moderno de la historia se niega a reconocer a los valientes que operaban en las sombras para que otros pudieran brillar. Ese es el caso del USS Cetus. Su valentía ha pasado mucho más desapercibida que otras historias más sensacionalistas que se encuentran en los libros de texto modernos, a menudo entremezclados con la ideología políticamente correcta.
Finalmente, consideremos la importancia de recordar. El legado del USS Cetus y su tripulación demuestra que recordar solo aquello que se adhiere a las dicotomías modernas nos perjudica a todos. Es crucial tener estas historias de heroísmo en nuestra memoria colectiva porque, al hacerlo, adoptamos una apreciación más completa de nuestra historia.
En resumen, el USS Cetus es un recordatorio de avivamiento, valentía y astucia que desafía la negligencia histórica moderna. Nos enseña a valorar las luchas silenciosas que en su momento lograron cambiar el curso de la historia. La glosa de este submarino es en realidad un testimonio de la extraordinaria capacidad de Estados Unidos para superar la adversidad, algo que no nos enseñan a valorar con la profundidad necesaria en estos días recientes.