Ugo Bologna fue un personaje que dejó una huella indeleble en el cine italiano, un logro que, en el mundo actual dominado por la corrección política, parecería casi imposible de replicar. Nació el 11 de septiembre de 1934 en la maravillosa Bologna, Italia, ciudad que comparte su apellido y que desde siempre ha sido un baluarte de la cultura italiana. Ugo Bologna fue un actor que supo ganarse su lugar a pulso en la industria cinematográfica desde los años 60 hasta los 90, participando en más de 70 películas, ¡sí, leíste bien, 70! En tiempos donde triunfar en el cine no dependía de cumplir con cuestionables cuotas de diversidad, sino de talento puro.
Muchos podrían preguntarse qué hizo más famoso a Ugo Bologna: ¿acaso fue su rol en 'Fantozzi', esa comedia que se burlaba sin tapujos de la mediocridad de la burocracia italiana? En 'Fantozzi', encarnó al Director de una oficina gubernamental, papel que fue parte de una de las comedias italianas más queridas y longevas. O quizás haya sido su participación en 'Febbre da Cavallo', otra joya de la cinematografía de su país de origen. Este hombre tenía el don de dar vida a personajes que cualquier persona con buen juicio hoy desearía ver, cuando los verdaderos valores eran aplaudidos en lugar de cancelados.
Hablemos claro, Ugo Bologna tuvo la habilidad de mezclar gracia, humor y crítica social en sus actuaciones, sin caer en la postal barata de lo que hoy llamarían "propaganda". Si aún no tienes claro por qué este hombre merecía un espacio propio en el mundo del cine y de las artes, reflexiona sobre esto: Ugo fue la antítesis de lo que hoy el mundillo liberal a menudo promueve. Era natural, sin florituras, y prefería dejar que su talento hablara por sí mismo.
En un lapso que abarca tres décadas, Bologna trabajó bajo la dirección de profesionales de la talla de Nanni Loy y Giorgio Capitani. Él sabía lo que requería la grandeza en la pantalla: autenticidad y carisma. La ideología forzada no tenía cabida delante de las cámaras y Ugo lo sabía bien, dejando todo tipo de mensajes subjetivos de lado para darle al cine la sustancia que necesitaba.
Pero no sólo en el cine dejó huella Bologna, sino también en la televisión. Su actuación en programas como 'La Piovra', una serie que abordaba bastante bien la controvertida temática de la mafia en Italia, demuestra la versatilidad que poseía. Era un hombre de pocas apariciones en televisión, sencillamente porque él prefería un guión bien trabajado que una aparición constante en pantalla. ¿Incorruptible? Posiblemente, pero ciertamente más auténtico de lo que hoy muchos podrían soportar.
A menudo, los críticos de hoy parecen encumbrar a actores de mediana talla sólo porque cumplen con alguna lista de verificación políticamente correcta, pero Ugo Bologna no necesitaba de tales subterfugios para brillar. Cada papel que interpretó fue un reflejo de su compromiso con su arte, algo que valientemente nunca sacrificó por la moda del momento. ¿Cuántos estrellas actuales pueden decir lo mismo?
Comparado con quienes favorecen lo cacofónico y lo bombástico de Hollywood, Ugo Bologna era una brisa fresca y articulada. Su carrera era un festín visual para aquellos que aprecian una actuación que no deliberadamente busca alienar o instruir a su audiencia en moralismos de oportuno valor. Su legado debería motivar a aquellos jóvenes que buscan construir una carrera basado en autenticidad.