Terry Teachout: Un Gigante Conservador de la Crítica Cultural

Terry Teachout: Un Gigante Conservador de la Crítica Cultural

Terry Teachout fue un crítico cultural conservador de Missouri que dejó una huella imborrable en el mundo del teatro y el jazz desde su tribuna en Nueva York.

Vince Vanguard

Vince Vanguard

¡Atención amantes de la cultura! Terry Teachout fue un coloso de la crítica cultural que dejó una huella imborrable en el mundo de las artes. Nacido en la pequeña ciudad de Sikeston, Missouri, en 1956, Teachout nos ofreció una visión sagaz y rica de múltiples formas artísticas hasta su fallecimiento en 2022. Este crítico supo entrar en el engranaje cultural de Nueva York, uniendo la esencia teatral de Broadway con la complejidad del jazz estadounidense. Y lo hizo desde una orientación política conservadora que, de manera sorprendente, le permitió diseccionar con eficacia y autoridad las producciones artísticas en un entorno mayoritariamente liberal.

Terry Teachout hizo del análisis cultural su campo de batalla. Durante décadas, brilló como crítico de teatro en el Wall Street Journal y como autor de biografías sobre genios complicados y a menudo incomprendidos como Louis Armstrong y Duke Ellington. Para él, las artes no eran meramente una plataforma para el entretenimiento o la propaganda ideológica. Eran el espejo de la condición humana, con todo su brillo y sus sombras. La dirección y el guion, los tiempos musicales y las interpretaciones eran para Teachout elementos que debían evaluarse sin las lentes progresistas del presente.

Su enfoque fue como un látigo que separaba la paja del grano, y su compromiso con la verdad artística no le dejó espacio para palmaditas aduladoras. Si algo no le gustaba, lo decía sin miedo, y eso le generó más de un enemigo. Al mismo tiempo, sus textos eran como mapas; llevaban a los lectores por caminos que no sabían que existían, deteniéndose en puntos culturales que otros cintas rojas y verdes a menudo ignoran. No buscaba adular las sensibilidades contemporáneas o ajustarse al discurso políticamente correcto, sino una conversación auténtica sobre el mérito y la vibración cultural de las obras reseñadas.

Exploró con claridad la obra de George Balanchine en la danza, y también ofreció a los lectores una experiencia acéptica, libre de la clouded judgment que empaña la crítica saturada por la corrección política. Pero su acervo no se limitaba a la crítica escrita; fue un blogger prolífico, en un momento en que los blogs todavía eran considerados la frontera salvaje del periodismo. Encendía la luz sobre temas que no todos querían ver.

Es autor de múltiples libros que miran el mundo de las artes a través de otra óptica, desde la perspectiva de un 'outsider para los insiders'. Su biografía de Louis Armstrong: An Off-Stage Life destaca cómo la música puede ser un vector de cultura que trasciende generaciones y fronteras. El jazz, para Teachout, era más que música: era un testimonio y una resistencia al tiempo. Atravesó el indomable mar del establishment artístico para sacar a la luz historias que pintan un mundo del que los manuales de historia contemporáneos a menudo omiten.

Tatalmente entregado a su amor por la música de Nueva Orleans, se erguía como la figura no reconocida que constantemente recordaba al resto del establishment que había una batalla por luchar sobre las narrativas simplistas. A través de sus palabras, billetes, y libros, se abrió camino entre el tumultuoso océano de opiniones y remedios culturales fallidos. Era un oponente formidable para aquellos que abogan por cambiar el arte en función de las cambiantes posibilidades de lo 'aceptable'. No tenía reparos en señalar si una obra de teatro respaldada por esta nueva mayoría no lograba pasar de un nivel escolar de calidad.

Aun más meritorio fue su capacidad para mantener su voz mientras navegaba por las corrientes cambiantes de una cultura de masas que a menudo favorece lo trivial sobre lo esencial. Sus críticas no eran solo acertadas sino que también poseían una calidad literaria que lo alejaba de ser meramente un comentarista para darle el status de artista. Enseñó a miles de lectores a atreverse a mirar dos veces y cuestionar a la primera sus impresiones.

En los medios masivos, donde las reseñas vienen empaquetadas en patrones predecibles, Teachout era un outsider imparable, un defensor acérrimo de los estándares en una era en que, al parecer, están en constante erosión. Los que leyeron sus críticas saben que su voz no tiene pares; su legado es una declaración contra la mediocridad y los esfuerzos culturalmente dirigidos a mantener en statu quo donde la complacencia y no el mérito es lo que gobierna. Terry Teachout, en resumen, fue un gigante que dejó una marca en el techo del mundo de las artes. Como tal, merece no solo ser recordado sino elogiado como el maestro alquimista que fue: un creador de diálogo claro en medio de la cacofonía de las corrientes culturales.