¡La Teoría de la Argumentación es para los Débiles!

¡La Teoría de la Argumentación es para los Débiles!

La teoría de la argumentación es criticada por priorizar la forma sobre la verdad y la convicción en debates reales.

Vince Vanguard

Vince Vanguard

¡La Teoría de la Argumentación es para los Débiles!

En un mundo donde la lógica y la razón deberían reinar, la teoría de la argumentación se ha convertido en el refugio de aquellos que no pueden sostener una conversación sin un manual de instrucciones. Esta disciplina, que se originó en la antigua Grecia, ha sido adoptada por académicos y pseudo-intelectuales que creen que cada discusión debe seguir un conjunto de reglas rígidas. Pero, ¿quién necesita reglas cuando tienes la verdad de tu lado? La teoría de la argumentación se ha convertido en una herramienta para aquellos que prefieren la forma sobre el fondo, y que creen que ganar un debate es más importante que tener razón.

La teoría de la argumentación se centra en cómo estructurar un argumento de manera que sea persuasivo y lógico. Pero, ¿qué pasa con la pasión? ¿Qué pasa con la convicción? En el mundo real, las personas no se convencen con silogismos y premisas cuidadosamente construidas. Se convencen con emociones, con historias, con experiencias personales. La teoría de la argumentación ignora todo esto, y en su lugar, se enfoca en crear un marco artificial que no tiene relevancia en la vida cotidiana.

Además, la teoría de la argumentación es utilizada a menudo por aquellos que quieren parecer inteligentes sin realmente serlo. Es fácil esconderse detrás de términos como "falacia ad hominem" o "petición de principio" cuando no tienes un argumento sólido. Pero, ¿realmente importa si alguien comete una falacia si lo que está diciendo es cierto? La verdad no necesita ser envuelta en un paquete bonito para ser válida.

La teoría de la argumentación también fomenta un tipo de pensamiento que es completamente ajeno a la realidad. En lugar de enfocarse en lo que es verdadero o justo, se enfoca en cómo ganar un debate. Esto puede ser útil en un aula de clases, pero en el mundo real, las decisiones se toman basadas en valores, principios y, a veces, en pura intuición. La teoría de la argumentación no tiene cabida en un mundo donde las decisiones deben tomarse rápidamente y con convicción.

Por supuesto, hay quienes argumentan que la teoría de la argumentación es esencial para el pensamiento crítico. Pero, ¿realmente necesitamos una teoría para pensar críticamente? El pensamiento crítico es algo que se desarrolla a través de la experiencia, no a través de la memorización de reglas. La teoría de la argumentación es simplemente una muleta para aquellos que no pueden pensar por sí mismos.

En última instancia, la teoría de la argumentación es un ejercicio académico que tiene poco valor en el mundo real. Es una distracción de lo que realmente importa: la verdad, la justicia y la convicción. En lugar de perder el tiempo aprendiendo cómo estructurar un argumento perfecto, deberíamos enfocarnos en lo que realmente importa: defender lo que es correcto, incluso si eso significa romper algunas reglas en el proceso.