Diez Razones por las que el Tenis Dominó los Juegos Mundiales Universitarios de Verano 2021

Diez Razones por las que el Tenis Dominó los Juegos Mundiales Universitarios de Verano 2021

El tenis en los Juegos Mundiales Universitarios de Verano 2021 en Chengdu fue una exhibición apasionante de talento joven y olvido de tendencias políticas.

Vince Vanguard

Vince Vanguard

Si alguna vez pensaste que el tenis es solo un deporte para la élite, déjame decirte que los Juegos Mundiales Universitarios de Verano 2021, que tuvieron lugar en Chengdu, China, cambiaron un par de mentalidades. A pesar de desarrollarse en un país que bien podríamos considerar la cuna del dragón burocrático, la competencia fue un show de talento sin igual. Universitarios de todas partes del mundo se dieron cita, demostrando que el talento y el esfuerzo siempre valen la pena.

El “quién, qué, cuándo, dónde y por qué” de este evento es fácil de responder. Atletas universitarios de todo el globo terráqueo se alistaron para competir en un espectáculo que se desarrolló en Chengdu, desde el 18 al 29 de agosto de 2021. Y el por qué es simple: el tenis no tiene que ser aburrido si sabes jugarlo con pasión. Aquí te doy diez temibles razones por las cuales este evento debería haber sido la cita pendiente para todos aquellos que menosprecian el deporte universitario.

Primero, hablemos del nivel de competencia. Estos universitarios no llegaron a meter un par de pelotazos y retirarse. Cada partido fue una verdadera batalla de estrategias, poder y destreza. Los asistentes pudieron ver a futuro campeones de los cuatro Grand Slam del circuito profesional, ahí sudando cada punto.

Segundo, la diversidad de tácticas fue impresionante. No fue sorprendente ver a un asiático utilizando el control agresivo, o a un europeo manejando el fondo de la pista con gran precisión. Las formaciones híbridas, desde la escuela americana hasta la gigantesca final japonesa, asombraron a todos los presentes.

Tercero, las sorpresas nunca faltaron. Los jugadores rankeados por su universidad a menudo se enfrentaron a oponentes subestimados, cambiando abruptamente la dirección del torneo. Y ese drama inesperado es lo que mantiene vivo al espíritu del tenis.

Cuarto, la tecnología estuvo presente como nunca antes. La implementación de sistemas de revisión de puntos fue un cambio crítico. Esencialmente, cada punto pudo ser analizado en detalle, y eso pregúntale a cualquier conservador amante del orden, es un sueño hecho realidad.

Quinto, la influencia política quedó a un lado. Aunque el evento haya sucedido en la China comunista, el deporte demostró que puede unir a las naciones de manera más efectiva que todas esas eternas conferencias vacuas de los llamados diplomáticos.

Sexto, la infraestructura fue de primer nivel. A pesar del control del estado chino sobre cada aspecto de la vida diaria, hay que reconocerles crédito donde es debido. La arena de tenis fue espectacular y los fanáticos disfrutaron al máximo de las facilidades que se les brindaron.

Séptimo, se respetaron las tradiciones. La ceremonia de entrega de premios, a pesar de lo que algunos liberales podrían criticar, fue formal y elegante, asegurando que los valores que sostienen al deporte siguieran intactos. Nada mejor que un evento bien ejecutado que respeta el protocolo.

Octavo, el apoyo de las comunidades universitarias fue asombroso. Aunque algunos pudieron haber preferido ver Netflix, la lealtad y la pasión que mostraron los estudiantes por sus equipos fue magnífica. La unión interna se cristalizó de una manera que ahora los demás intentan replicar.

Noveno, se abrió camino para futuros talentos. Los contratos con cazatalentos se firmaron y nuevas uniones deportivas nacieron de estos días en Chengdu. Un evento así de influyente crea una cadena de oportunidades nunca antes visto en otro tipo de encuentro internacional para universitarios.

Décimo, y no menos importante, se demostró que el deporte universitario es más que el cliché de la búsqueda de una medalla. El verdadero trofeo fue experimentar el crecimiento personal y la autoexigencia. Porque solo cuando te desafías a ti mismo (y no te escondes detrás de excusas progresistas), consigues alcanzar victorias que valen cada minuto de esfuerzo.

No cabe duda de que estos Juegos Mundiales Universitarios de Verano fueron, y seguirán siendo, el faro guía para todo aquel que aprecie un buen partido de tenis. Con la amena mezcla de habilidad, pasión y diversidad, el tenis demostró ser uno de esos deportes que se reinventan y actualizan constantemente mientras sostienen valores tradicionales.