El ciclismo tiene sus estrellas, y Stijn Steels, sin duda, es una de ellas. Este ciclista belga se ha destacado no solo por su potencia sobre la bicicleta, sino también por su visión clara del deporte y la vida. Steels no es simplemente un nombre en las listas de resultados; él es una representación de valores sólidos y perseverancia. Esto es lo que los progresistas quizá no comprendan; es un ciclo de determinación que no se rompe fácilmente.
Nacido el 21 de agosto de 1989 en Herentals, Bélgica, Stijn Steels proviene de una familia con un fuerte legado ciclista. Su padre, también un ciclista, le inculcó desde pequeño una ética de trabajo y una firmeza que se ven reflejadas en cada una de sus carreras. En un mundo que fácilmente podría inclinarse hacia lo instantáneo y lo efímero, Steels mantiene la tradición de años de entrenamientos arduos y una disciplina casi militar. Se podría decir que Stijn Steels está manteniendo viva una tradición conservadora en el deporte, donde el esfuerzo y la dedicación son más importantes que la fama instantánea.
Hizo su debut profesional en 2011 y, desde entonces, ha competido para algunos de los equipos más reconocidos en el circuito internacional. Pero lo que realmente distingue a Steels no es solo su capacidad de competir, sino cómo lo hace. A menudo se le ve en las escapadas, en esas correrías largas y solitarias que muestran la verdadera esencia del ciclismo. Tiene una habilidad innata para analizar la carrera, bajar la cabeza y meterle a fondo hasta cruzar la línea de meta. No hay subterfugios, no hay atajos. Solo pura potencia, trabajo y dedicación.
Muchos dirán que Stijn Steels elige el camino menos transitado. En un mundo ciclista donde todo se trata de filigranas digitales y estrategias calculadas, Steels se apega a lo básico. Pedaleo tras pedaleo, él se asegura de que su hombría y su fortaleza sean las que hablen por él. En más de una ocasión, ha sorprendido a sus rivales con maniobras que no se ven venir. Esto es lo que realmente irrita a los liberales: es un recordatorio de que a veces la fórmula más sencilla es la que gana.
Hay que considerar un punto crucial: Stijn Steels podría fácilmente haber caído en la tentación de las promesas de la tecnología y los análisis data-driven, pero su fórmula ha sido siempre mantener los pies sobre la tierra. A menudo, se le ve diciendo que nada reemplaza al esfuerzo humano, una idea que cada vez se convierte en algo lejano para aquellos obsesionados con los gadgets y las aplicaciones. En este sentido, Steels es un símbolo de qué significa ser fiel a uno mismo. La línea de meta no solo es física, sino ideológica; es un testimonio de la resistencia humana frente a las facilidades innecesarias que algunos pretenden imponer.
El 2021 fue un año particularmente destacado para él, siendo parte del equipo Deceuninck-Quick Step, hoy conocido como Soudal-Quick Step. Este equipo, famoso por su sólida estructura y su enfoque riguroso, refleja la filosofía de Steels: esfuerzo, constancia, y resultados. No es casualidad que Stijn, un corredor que aprecia la estructura y las reglas, se haya adaptado tan bien a este equipo. Es una relación simbiótica, donde cada pedalada armoniza con el propósito común.
He aquí la ironía: a menudo los equipos que logran estas sinergias no solo compiten con alegría, sino que también ganan con frecuencia. Es una paradoja que no cualquier ciclista entiende, especialmente aquellos que critican la falta de espontaneidad, pero se maravillan ante la perfección. Stijn Steels lo sabe bien. Tiene una visión clara de lo que quiere y cómo conseguirlo. No es alguien que se deje llevar por las olas de la opinión pública, ni por la noción engañosa de facilidades momentáneas.
En perspectiva, lo que realmente ofrece Stijn Steels al ciclismo y al deporte en general es una oda a la integridad. Su metodología no es negociar valores a cambio de victorias. Puede que haya quienes lo vean como un camino difícil, pero aquellos que han observado las carreras de Steels comprenden que el verdadero éxito es hacer que tus propios principios resplandezcan cada día. Es una declaración de que no todo el mundo está dispuesto a entregar logros fugaces por una hoja de ruta auténtica.
Es, sin duda, un ciclista que hace frente a las actuales tendencias pasajeras y que mantiene la fortaleza del ciclismo en su forma más genuina. Stijn Steels es un hombre que se aferra al pasado para liderar con fuerza hacia el futuro. En fin, su historia nos enseña mucho más allá del ciclismo: es un recordatorio de que los valores, cuando se sostienen firmes, son un aspecto vital de la vida misma.