La Hipocresía de la Izquierda: El Caso de Shadi Shaban
¡Vaya, vaya! Aquí tenemos otro ejemplo de la hipocresía de la izquierda que tanto les gusta ignorar. Shadi Shaban, un joven palestino, fue arrestado en 2015 por las autoridades israelíes bajo cargos de terrorismo. ¿Cuándo? Durante una operación de seguridad en Cisjordania. ¿Dónde? En la ciudad de Jenin, un lugar conocido por ser un hervidero de actividad militante. ¿Por qué? Porque, según las autoridades, Shaban estaba involucrado en actividades que amenazaban la seguridad de Israel. Pero, por supuesto, los defensores de los derechos humanos de la izquierda prefieren cerrar los ojos ante estos hechos y pintarlo como un mártir.
La izquierda siempre está lista para saltar y defender cualquier causa que les haga parecer moralmente superiores. Pero cuando se trata de casos como el de Shadi Shaban, su silencio es ensordecedor. ¿Por qué? Porque admitir que alguien como Shaban podría ser culpable de terrorismo no encaja con su narrativa de que Israel es siempre el villano. Prefieren ignorar los hechos y seguir con su agenda de victimización.
Es curioso cómo la izquierda siempre está dispuesta a criticar a Israel por defenderse, pero nunca tienen una palabra de condena para aquellos que realmente amenazan la paz. Shadi Shaban no es un caso aislado. Hay muchos otros como él, pero la izquierda prefiere ignorarlos. ¿Por qué? Porque aceptar la realidad significaría admitir que su visión del mundo es errónea.
La izquierda siempre habla de justicia y derechos humanos, pero parece que esos principios solo se aplican cuando les conviene. Cuando se trata de Shadi Shaban, prefieren mirar hacia otro lado. No quieren admitir que a veces, las acciones de Israel están justificadas. No quieren admitir que a veces, los que ellos defienden no son tan inocentes como parecen.
Es hora de que la izquierda deje de lado su hipocresía y empiece a ver el mundo tal como es. Shadi Shaban no es un héroe, y no merece ser tratado como tal. Es hora de que la izquierda deje de defender lo indefendible y empiece a ser honesta consigo misma. Pero, claro, eso sería pedir demasiado.