La hipocresía de la izquierda: ¿Por qué no practican lo que predican?

La hipocresía de la izquierda: ¿Por qué no practican lo que predican?

Este artículo critica la hipocresía de la izquierda al contrastar sus promesas con sus acciones en temas como el medio ambiente, impuestos y derechos sociales.

Vince Vanguard

Vince Vanguard

La hipocresía de la izquierda: ¿Por qué no practican lo que predican?

En un mundo donde la izquierda se jacta de ser la voz de la moralidad y la justicia social, es irónico ver cómo sus acciones a menudo contradicen sus palabras. En Estados Unidos, durante las elecciones de 2020, los demócratas prometieron un cambio radical en la política ambiental, pero ¿qué ha pasado desde entonces? En lugar de reducir su huella de carbono, muchos de sus líderes continúan volando en jets privados y viviendo en mansiones que consumen más energía que un pequeño pueblo. ¿Dónde está la coherencia? ¿Dónde está el sacrificio personal por el bien común que tanto predican?

La izquierda siempre está lista para señalar con el dedo a los demás, pero rara vez se aplican sus propias reglas. Tomemos, por ejemplo, el caso de los impuestos. Los progresistas claman por impuestos más altos para los ricos, pero cuando se trata de sus propias finanzas, hacen todo lo posible para minimizar su carga fiscal. ¿Recuerdan a Bernie Sanders, el autoproclamado socialista que posee tres casas? O a Alexandria Ocasio-Cortez, quien se queja de los ricos mientras disfruta de un salario de seis cifras. La hipocresía es palpable.

La cultura de la cancelación es otro ejemplo de la doble moral de la izquierda. Mientras que promueven la libertad de expresión, son los primeros en silenciar a aquellos que no están de acuerdo con su ideología. En las universidades, que deberían ser bastiones de libre pensamiento, los conservadores son a menudo censurados o ridiculizados. ¿Qué pasó con el debate abierto y el intercambio de ideas? Parece que solo es válido si estás de acuerdo con ellos.

La política de fronteras es otro tema donde la izquierda muestra su hipocresía. Durante la administración de Trump, criticaron ferozmente la construcción del muro fronterizo y las políticas de inmigración. Sin embargo, bajo la administración de Biden, las deportaciones continúan y las condiciones en los centros de detención no han mejorado significativamente. ¿Dónde están las protestas ahora? ¿Por qué no exigen el mismo nivel de responsabilidad a su propio partido?

La izquierda también se presenta como defensora de los derechos de las mujeres, pero cuando se trata de escándalos dentro de sus propias filas, el silencio es ensordecedor. Casos de acoso y abuso sexual han sido ignorados o minimizados cuando los perpetradores son figuras prominentes de su partido. ¿Dónde está el movimiento #MeToo cuando se trata de sus propios líderes?

La economía es otro campo donde la izquierda predica una cosa y hace otra. Prometen un salario mínimo más alto y mejores condiciones laborales, pero cuando se trata de sus propias empresas o campañas, a menudo pagan lo mínimo posible. ¿Recuerdan cuando la campaña de Sanders fue criticada por no pagar a sus trabajadores el salario mínimo que él mismo proponía? Es fácil ser generoso con el dinero de los demás, pero cuando se trata del propio, la historia es diferente.

La izquierda también se enorgullece de ser inclusiva y diversa, pero sus políticas a menudo dividen más de lo que unen. En lugar de promover la igualdad de oportunidades, a menudo fomentan políticas de identidad que crean más divisiones. La meritocracia es vista como un enemigo, y el esfuerzo individual es desalentado en favor de una igualdad de resultados que nunca se materializa.

Finalmente, la izquierda se presenta como la campeona de la ciencia, pero solo cuando les conviene. Durante la pandemia, promovieron el uso de mascarillas y las vacunas, pero ignoraron la ciencia cuando se trataba de abrir escuelas o permitir reuniones al aire libre. La ciencia no es un buffet del que se pueda elegir lo que conviene y desechar lo que no.

La hipocresía de la izquierda es evidente en cada rincón de su agenda. Predican una cosa y hacen otra, y es hora de que se les exija responsabilidad. No se puede seguir permitiendo que se salgan con la suya mientras critican a los demás por los mismos comportamientos que ellos practican.