La Hipocresía de la Izquierda: ¿Por qué Ignoran a San Agustín?

La Hipocresía de la Izquierda: ¿Por qué Ignoran a San Agustín?

Este artículo analiza cómo las enseñanzas de San Agustín desafían las creencias progresistas modernas, destacando su énfasis en la moralidad, la responsabilidad personal y la fe.

Vince Vanguard

Vince Vanguard

La Hipocresía de la Izquierda: ¿Por qué Ignoran a San Agustín?

En la Florencia del siglo XV, un artista llamado Sandro Botticelli pintó una obra maestra titulada "San Agustín en su Estudio". Esta pintura, ubicada en la iglesia de Ognissanti, representa al influyente teólogo y filósofo San Agustín, quien vivió en el siglo IV. Pero, ¿por qué la izquierda moderna parece ignorar las enseñanzas de este gran pensador? La respuesta es simple: San Agustín desafía muchas de las creencias progresistas actuales. Su énfasis en la moralidad, la responsabilidad personal y la importancia de la fe son conceptos que no encajan con la narrativa liberal que promueve el relativismo moral y la dependencia del estado.

San Agustín fue un defensor de la verdad objetiva, algo que hoy en día parece ser un concepto olvidado. En un mundo donde la verdad se ha convertido en algo subjetivo y maleable, las enseñanzas de San Agustín son un recordatorio incómodo de que algunas cosas son inmutables. La izquierda, con su amor por la "verdad personal" y la "realidad alternativa", no puede aceptar la idea de que hay una verdad universal que trasciende las opiniones individuales.

La noción de pecado original, una de las enseñanzas más conocidas de San Agustín, es otro punto de discordia. En lugar de aceptar que los seres humanos tienen una naturaleza caída y necesitan redención, la izquierda prefiere culpar a la sociedad o a las instituciones por los males del mundo. Esta mentalidad de víctima perpetua es contraria a la idea agustiniana de que cada individuo es responsable de sus propias acciones y debe buscar la redención personal.

San Agustín también defendió la importancia de la familia y la comunidad como pilares de la sociedad. En un momento en que la izquierda promueve la disolución de las estructuras familiares tradicionales y aboga por un individualismo radical, las enseñanzas de San Agustín son un recordatorio de que la fortaleza de una sociedad se basa en la unidad familiar y los valores compartidos. La familia, según San Agustín, es el núcleo donde se transmiten los valores morales y se forma el carácter de las futuras generaciones.

La fe, para San Agustín, era el fundamento de una vida plena y significativa. En un mundo cada vez más secularizado, donde la religión es vista como una reliquia del pasado, las enseñanzas de San Agustín son un desafío directo a la narrativa progresista que busca eliminar la religión de la esfera pública. La izquierda, con su enfoque en el materialismo y el hedonismo, no puede comprender la profundidad y el propósito que la fe proporciona a millones de personas en todo el mundo.

La obra de Botticelli, "San Agustín en su Estudio", no es solo una representación artística de un santo, sino un recordatorio visual de las enseñanzas que han sido ignoradas por aquellos que prefieren una visión del mundo que rechaza la moralidad objetiva, la responsabilidad personal y la importancia de la fe. En lugar de aprender de los grandes pensadores del pasado, la izquierda prefiere reinventar la rueda, a menudo con resultados desastrosos.

San Agustín nos enseña que la búsqueda de la verdad, la importancia de la familia y la fe son esenciales para una sociedad próspera. Ignorar estas enseñanzas es hacerlo a nuestro propio riesgo. En un mundo donde la confusión y la división son rampantes, tal vez sea hora de volver a las lecciones de San Agustín y recordar que algunas verdades son eternas.