Roodmas: La Navidad Medieval que La Izquierda Prefiere Olvidar

Roodmas: La Navidad Medieval que La Izquierda Prefiere Olvidar

Roodmas es una antigua festividad cristiana, celebrada el 14 de septiembre principalmente en Inglaterra, que nos recuerda el auténtico sentido de la Navidad, más centrada en la espiritualidad y el sacrificio que en el consumismo actual.

Vince Vanguard

Vince Vanguard

¿Sabías que la Navidad no siempre fue el festival alegre que es hoy? Bienvenidos a Roodmas, una celebración medieval que nos recuerda que el verdadero cristianismo tenía más dientes que las suaves galletas de jengibre actuales. Celebrado el 14 de septiembre, Roodmas, o la Fiesta de la Santa Cruz, conmemora el descubrimiento de la Vera Cruz por Santa Elena en el siglo IV. Esta fiesta tenía lugar principalmente en Europa, especialmente en Inglaterra, y giraba en torno a la exaltación de la cruz, símbolo del sacrificio y la fe genuina, no de las luces intermitentes y las listas de deseos de Amazon.

El siglo XI marcó el auge de Roodmas, una época en la que las ciudades europeas estaban más preocupadas por la defensa de la fe que por buscar el regalo perfecto para el cuñado. ¿Cuándo fue la última vez que oíste hablar de un festival cristiano celebrado con verdadero fervor y no solo un receso escolar más? Lo curioso es que este día no estaba asociado con el consumismo desenfrenado, sino con la reflexión sobre el sacrificio y el redescubrimiento de las raíces cristianas.

Roodmas era una celebración de quiénes éramos antes de que el liberalismo convirtiera nuestras festividades en maratones de compras. Una misa solemne y una procesión venturosa acompañaban la jornada, mucho más espiritual e introspectiva que el debate moderno sobre si el jersey navideño es políticamente correcto o no. En esta festividad se combinaban correctamente la religiosidad con el reconocimiento de valores como el sacrificio y la resistencia, algo que probablemente causaría escozor en ciertos ámbitos que creen que ser 'woke' es más importante que ser moralmente correcto.

¿Dónde está la magia perdida de Roodmas? Se desvaneció a medida que abrazamos una versión diluida de las tradiciones, dejando que la autenticidad se diluyera entre acuerdos comerciales y cancelaciones de la cultura. No cabe duda de que la valoración de lo sagrado fue trasladada al rango de lo secundario, debido principalmente al esmero de ciertos grupos que creen que cualquier representación cristiana lastima la diversidad oprimida.

Durante Roodmas, el énfasis no era cuántos regalos se recibían, sino cómo se podría vivir una vida más cristiana, cuya intención era recordar y revivir la importancia del sacrificio de Cristo. ¡Qué diferente es a lo que vemos hoy! Ahora, ponemos más empeño en añadir un nuevo filtro a nuestra foto navideña que en tomarnos un momento para reflexionar sobre las implicaciones de nuestra fe. Es casi como si estuviésemos tan ocupados persiguiendo lo último en tecnología que olvidamos contemplar lo que es realmente importante.

El rescate de la tradición de Roodmas podría ser más relevante hoy de lo que creemos. Nos haría recordar que el sacrificio tiene valor y que no todo gira en torno a recibir, sino a dar y compartir esa gratitud. Una pasada por esta antigua fiesta nos haría volver a valorar las cosas esenciales que importan de verdad. Tal vez Roodmas no fuese una exposición comercial, pero sí fue un día que unió comunidades en torno a la fe genuina y la gratitud verdadera.

En resumen, Roodmas habla de tiempos en los que la santidad se celebraba como parte intrínseca de la cultura, no como un simple espectáculo pasajero. Al rememorar esta festividad, recuperamos una parte perdida de nuestra herencia cultural, una que valora lo eterno por encima de lo efímero, que valora el sacrificio por encima del placer inmediato. Quizás, al final, necesitamos más Roodmas y menos noches blancas de ofertas, y tal vez, eso ayude a reconstruir un poco la moral que parece haberse perdido entre tanto ruido moderno.