¡El Frío que los Progresistas No Quieren que Sientas!
En un mundo donde el cambio climático es el villano favorito de los medios, el frío extremo que azotó Texas en febrero de 2021 fue un recordatorio helado de que la naturaleza no sigue el guion de los alarmistas. Mientras millones de texanos se congelaban en sus hogares, la narrativa del calentamiento global se tambaleaba. ¿Cómo es posible que en un estado conocido por su calor abrasador, las temperaturas cayeran tan bajo que las tuberías estallaron y la electricidad falló? La respuesta es simple: la madre naturaleza no se deja domesticar por las teorías de moda.
El frío en Texas fue un golpe directo a la cara de quienes insisten en que el planeta se está calentando sin remedio. Los mismos que predican que debemos abandonar los combustibles fósiles y abrazar las energías renovables a cualquier costo. Pero, ¿qué pasó cuando las turbinas eólicas se congelaron y las placas solares quedaron cubiertas de nieve? La dependencia de estas fuentes de energía "limpias" dejó a millones sin electricidad. ¡Vaya ironía! Mientras tanto, las plantas de energía a base de gas natural, que tanto critican, fueron las que salvaron el día.
El evento en Texas no fue un caso aislado. En 2019, Europa también experimentó un invierno brutal que dejó a muchos preguntándose si el calentamiento global es realmente el monstruo que nos han vendido. Pero claro, los defensores del cambio climático siempre tienen una excusa a mano. Si hace calor, es culpa del calentamiento global. Si hace frío, también. Es un argumento que no se puede perder, porque siempre se ajusta a cualquier circunstancia.
La realidad es que el clima es cíclico y siempre lo ha sido. Los registros históricos muestran períodos de calentamiento y enfriamiento mucho antes de que los humanos comenzaran a quemar combustibles fósiles. Pero eso no es algo que los progresistas quieran admitir. Prefieren asustar a la gente con predicciones apocalípticas y políticas que aumentan los costos de energía y destruyen empleos.
El frío extremo en Texas también puso de manifiesto la importancia de la infraestructura energética confiable. En lugar de invertir en tecnologías probadas y verdaderas, algunos estados están apostando todo a las energías renovables, sin considerar las consecuencias. Cuando el clima se vuelve impredecible, necesitamos una red eléctrica que pueda soportar cualquier cosa, no solo los días soleados y ventosos.
Es hora de que dejemos de lado las ideologías y enfrentemos la realidad. El clima siempre cambiará, y debemos estar preparados para cualquier eventualidad. Apostar todo a una sola fuente de energía es una receta para el desastre. Necesitamos un enfoque equilibrado que incluya todas las formas de energía, no solo las que son políticamente correctas.
El frío en Texas fue un recordatorio de que la naturaleza no se puede controlar con políticas y discursos. Es hora de que dejemos de lado las fantasías y enfrentemos los hechos. La energía confiable y asequible es esencial para nuestra supervivencia, y no podemos permitir que las ideologías nos cieguen ante esta verdad fundamental.