La Resolución de Palestina Ocupada: Un Desafío a la Lógica
¡Vaya, vaya! La UNESCO, esa organización que se supone que promueve la paz y la seguridad a través de la educación, la ciencia y la cultura, decidió en octubre de 2016 que era una buena idea aprobar una resolución que niega cualquier vínculo judío con el Monte del Templo en Jerusalén. ¿Quién? La UNESCO. ¿Qué? Una resolución absurda. ¿Cuándo? Octubre de 2016. ¿Dónde? París, Francia. ¿Por qué? Porque, aparentemente, la historia y los hechos no importan cuando se trata de política internacional.
La resolución, impulsada por varios países árabes, se refiere al Monte del Templo solo por su nombre musulmán, Al-Haram Al-Sharif, ignorando completamente su significado histórico y religioso para el pueblo judío. Es como si decidieran que el Coliseo Romano es solo un estadio de fútbol. Esta decisión no solo es un insulto a la historia, sino también un intento descarado de reescribirla. ¿Qué sigue? ¿Decir que las pirámides de Egipto fueron construidas por extraterrestres?
La ironía es que la UNESCO, una organización que debería basarse en hechos y educación, está promoviendo una narrativa que ignora siglos de historia documentada. Es como si un profesor de historia decidiera que Napoleón nunca existió porque no le gusta el francés. Esta resolución es un ejemplo perfecto de cómo la política puede distorsionar la realidad y cómo algunos están dispuestos a sacrificar la verdad en el altar de la conveniencia política.
Lo más preocupante es que esta resolución fue aprobada por una mayoría de países que, al parecer, prefieren cerrar los ojos ante la realidad. Es un recordatorio de que, en el mundo de la política internacional, la verdad a menudo es la primera víctima. Y mientras tanto, el pueblo judío, que ha mantenido un vínculo inquebrantable con Jerusalén durante miles de años, se encuentra una vez más en la posición de tener que defender su propia historia.
La resolución de la UNESCO es un ejemplo de cómo la corrección política puede llevar a decisiones absurdas. En un intento de apaciguar a ciertos grupos, la organización ha optado por ignorar hechos históricos claros. Es como si decidieran que el sol gira alrededor de la Tierra porque es más políticamente correcto. Esta es la clase de lógica que nos lleva a un mundo donde la verdad es relativa y los hechos son opcionales.
Es hora de que las organizaciones internacionales dejen de lado la política y se centren en la verdad. La historia no debe ser reescrita para satisfacer agendas políticas. La verdad es la verdad, y no importa cuántas resoluciones se aprueben, el Monte del Templo siempre será un lugar sagrado para el pueblo judío. La UNESCO debería recordar su misión original y dejar de lado las narrativas políticas que distorsionan la realidad.
En un mundo donde la verdad está cada vez más bajo ataque, es crucial que defendamos los hechos históricos. La resolución de la UNESCO sobre Palestina ocupada es un recordatorio de que la verdad no siempre es conveniente, pero siempre es necesaria. Y mientras algunos intentan reescribir la historia, otros debemos estar dispuestos a defenderla. Porque, al final del día, la verdad siempre prevalecerá, sin importar cuántas resoluciones absurdas se aprueben.