Kazajstán y Malasia: Un romance económico que desafía los clichés progresistas

Kazajstán y Malasia: Un romance económico que desafía los clichés progresistas

Descubre la sorprendente alianza económica entre Kazajstán y Malasia, una relación estratégica que está dando de qué hablar ante el mundo entero.

Vince Vanguard

Vince Vanguard

Prepárense porque les voy a contar cómo dos naciones que aparentemente no tienen mucho en común están construyendo una relación que desentierra los rumores más jugosos sobre poder y diplomacia en Asia Central y el Sudeste Asiático. Kazajstán, el gigante en recursos de Asia Central, ha encontrado un aliado estratégico en Malasia, una nación ubicada estratégicamente en las rutas marítimas del Sudeste Asiático. Esta inusual alianza ha florecido desde la década de los años 90, y si no sabías de ella, ahora es tu oportunidad. ¿Dónde ocurre este drama no relatado? Pues en conferencias internacionales, en reuniones bilaterales y, por supuesto, en las historias de éxito del comercio y la inversión.

Este tango económico entre Kazajstán y Malasia tiene raíces más profundas de lo que uno esperaría. Kazajstán, que ocupa un vasto territorio rico en recursos naturales, ha sido elogiado por sus férreas políticas económicas orientadas a explotar su petróleo y gas. Malasia, por su parte, es conocida no solo por sus playas paradisiacas, sino también por su robusta economía manufacturera y tecnológica. Es como un matrimonio perfecto donde uno aporta el músculo y el otro el cerebro. Tal es la vibrante química que tiene a más de uno rascándose la cabeza preguntándose por qué no oímos más sobre ello.

Con esto se pone en evidencia una cosa: cuando estás fuera del espectro progresista que tiende a exagerar las diferencias culturales, puedes encontrar colaboraciones entre países que simplemente tienen sentido, sin retórica incesante sobre diversidad. Kazajstán y Malasia han demostrado que cuando la economía es central, otras diferencias tienden a desaparecer. Si pones las calculadoras a trabajar, estos países han firmado acuerdos importantes en inversión, comercio, y energía, cimentando una asociación que parece saltar décadas de discursos y aperturas ceremoniales.

Ambos países muestran una gran falta de interés por el teatro político que perjudica tanto a las relaciones internacionales hoy en día. Malasia y Kazajstán han preferido enfocarse en los resultados en lugar de las palabras, y ¡vaya que lo han logrado! Con intercambios que van desde productos manufacturados hasta un creciente interés en más proyectos de infraestructura, Kazajstán ha encontrado en Malasia un socio valioso que sabe cómo levantar una economía desde los cimientos, además de desarrollar tecnología y cultivar la industrialización.

Y es que entre tanta retórica vacía que se encuentra en los grandes foros de discusión, estos países eligieron aniquilar barreras por medio del comercio y la inversión en varias industrias. Las exportaciones desde Malasia hacia Kazajstán incluyen maquinaria y equipo electrónico, mientras que Kazajstán exporta petróleo, metales y químicos a Malasia. Esta sinergia ha logrado un equilibrio casi perfecto al servir sinergéticamente a las necesidades industriales y energéticas de ambos.