Las Estrellas No Son Para Todos

Las Estrellas No Son Para Todos

Critica la noción de que el acceso a las estrellas debe ser garantizado por el gobierno, defendiendo la libertad individual y la responsabilidad personal.

Vince Vanguard

Vince Vanguard

Las Estrellas No Son Para Todos

En un mundo donde la izquierda parece querer controlar hasta el polvo de las estrellas, es hora de poner los pies en la tierra. En 2023, en la ciudad de San Francisco, un grupo de activistas decidió que las estrellas del cielo nocturno eran un "derecho humano" y que el gobierno debería garantizar que todos tuvieran acceso a ellas. ¿Qué sigue? ¿Exigir que el sol brille igual para todos? La idea de que el gobierno debe intervenir en cada aspecto de nuestras vidas es ridícula, y este es solo otro ejemplo de cómo algunos quieren que el estado sea el gran solucionador de problemas.

La noción de que las estrellas son un "derecho" es absurda. Las estrellas han estado en el cielo mucho antes de que los humanos existieran, y estarán allí mucho después de que nos hayamos ido. No son propiedad de nadie, y ciertamente no son algo que el gobierno pueda repartir como si fueran cupones de comida. La idea de que el gobierno debe garantizar el acceso a las estrellas es solo otro intento de expandir el control estatal sobre nuestras vidas.

El problema real aquí es la mentalidad de dependencia que se está fomentando. En lugar de enseñar a las personas a valerse por sí mismas y a encontrar soluciones a sus propios problemas, se les está enseñando a depender del gobierno para todo. Esto no solo es peligroso, sino que también es insostenible. El gobierno no puede ser el proveedor de todo, y cuanto más intentemos que lo sea, más nos alejamos de la libertad individual.

Además, ¿quién decide qué es un "derecho humano"? Si las estrellas son un derecho, ¿qué pasa con el aire fresco, el agua limpia o incluso el acceso a la naturaleza? Todos estos son recursos naturales que no pueden ser controlados o garantizados por el gobierno. La idea de que el estado puede y debe garantizar el acceso a estos recursos es simplemente una fantasía.

La realidad es que no todos tienen el mismo acceso a las estrellas, y eso está bien. Vivir en una ciudad con contaminación lumínica es una elección, y con cada elección vienen consecuencias. Si alguien realmente quiere ver las estrellas, puede mudarse a un lugar donde el cielo esté más despejado. No es responsabilidad del gobierno asegurarse de que todos tengan una vista perfecta del cielo nocturno.

Este tipo de pensamiento es solo otro ejemplo de cómo algunos quieren que el gobierno sea el gran solucionador de problemas. En lugar de buscar soluciones reales y prácticas, prefieren soñar con utopías inalcanzables. Pero la vida no es una utopía, y cuanto antes lo aceptemos, mejor estaremos.

La idea de que el gobierno debe intervenir en cada aspecto de nuestras vidas es ridícula. Las estrellas no son un derecho, son un regalo de la naturaleza que debemos apreciar y disfrutar cuando podemos. No necesitamos que el gobierno nos diga cómo o cuándo hacerlo. Es hora de dejar de lado estas ideas absurdas y centrarnos en lo que realmente importa: la libertad individual y la responsabilidad personal.