"Little Monsters": La Película que los Progresistas No Quieren que Veas
En 1989, en un mundo donde la corrección política aún no había alcanzado su apogeo, se estrenó "Little Monsters", una película que desafía las normas actuales de lo que es "aceptable" en el cine. Protagonizada por Fred Savage y Howie Mandel, esta comedia de fantasía se desarrolla en un mundo subterráneo lleno de monstruos traviesos que se dedican a hacer travesuras en el mundo humano. La película fue filmada en Carolina del Norte y se lanzó en un momento en que el entretenimiento no estaba tan regulado por las sensibilidades modernas. ¿Por qué es relevante hoy? Porque representa una era en la que el humor y la creatividad no estaban encadenados por las restricciones de lo políticamente correcto.
Primero, hablemos de la trama. "Little Monsters" sigue a Brian Stevenson, un niño que descubre un mundo secreto de monstruos bajo su cama. Estos monstruos, liderados por Maurice, interpretado por Howie Mandel, son traviesos, pero no malvados. La película explora temas de amistad, valentía y la eterna lucha entre el bien y el mal. Sin embargo, lo que realmente molesta a los progresistas es la falta de censura en el humor y las situaciones que hoy serían consideradas "problemáticas".
La película no se detiene en mostrar a los niños siendo niños, con todas sus travesuras y bromas pesadas. En una era donde cada palabra y acción es analizada bajo el microscopio de la corrección política, "Little Monsters" es un recordatorio refrescante de que el entretenimiento no siempre tiene que ser serio o educativo. A veces, una película solo necesita ser divertida y entretenida, sin un mensaje moral subyacente.
Además, "Little Monsters" no se preocupa por ser inclusiva o diversa según los estándares actuales. No hay personajes forzados para cumplir con cuotas de representación. La historia se centra en lo que realmente importa: la aventura y la diversión. Esto es algo que muchos extrañan en el cine moderno, donde las historias a menudo se ven eclipsadas por la necesidad de ser socialmente conscientes.
La película también es un testimonio de una época en la que los padres no se preocupaban tanto por proteger a sus hijos de cada pequeña cosa. Los niños de los años 80 y 90 crecieron viendo películas como "Little Monsters" y, sorprendentemente, salieron bien. No necesitaban advertencias de contenido ni discusiones sobre el impacto psicológico de ver monstruos traviesos en la pantalla.
Por último, "Little Monsters" es un recordatorio de que el cine es una forma de arte que debe ser libre de restricciones. La creatividad no puede florecer en un entorno donde cada idea es censurada o modificada para no ofender a nadie. La película es un ejemplo de cómo el cine puede ser un escape de la realidad, un lugar donde la imaginación no tiene límites.
En resumen, "Little Monsters" es una joya del cine que desafía las normas actuales de lo que es aceptable. Es una película que celebra la libertad creativa y el humor sin restricciones. En un mundo donde el entretenimiento está cada vez más regulado, "Little Monsters" es un recordatorio de que a veces, lo que realmente necesitamos es simplemente reír y disfrutar.