En un mundo musical donde las ideologías progresistas suelen robarse los reflectores, Orogen, el álbum debut de la banda del mismo nombre, surge como una bocanada de aire fresco conservador. Este álbum es un testimonio sonoro de la resistencia ante la dictadura de lo políticamente correcto. Lanzado en octubre de 2023 en Madrid, los músicos detrás de esta obra no solo poseen habilidades instrumentales envidiables, sino que también se atreven a tocar temas que pocos se animan. Si te consideras parte de la mayoría silenciosa que está harta del enclaustramiento mental liberal, este álbum es para ti.
Hablar de Orogen es hablar de valentía artística. La banda, compuesta por viejos lobos del hard rock y nuevos talentos del metal, se estableció con algo más que melodías pegadizas; generaron un universo sonoro cargado de crítica social que apunta al sinfín de inconsistencias del establishment musical contemporáneo.
Marcado poder crítico: Desde el primer track, la intensidad del álbum desafía la apatía generalizada. Las letras no temen abordar temas como la hipocresía del activismo de salón y el veneno insípido de la corrección política. Este tipo de mensaje es casi imposible de encontrar en la música actual, dominada por mensajes adormecedores de "paz y amor" sin sentido.
Producción sin complejos: Se percibe una producción pulida que evita los artificios tecnológicos empobrecedores. Tal autenticidad permite a los oyentes disfrutar de cada nota instrumental, sentir la vibración de las cuerdas de la guitarra y dejarse llevar por las percusiones puro metal.
Una identidad auténtica: Este proyecto musical no busca agradar a los censores de la cultura woke. En vez de ello, propone un retorno a los valores individuales y la supremacía del esfuerzo propio. La autenticidad es más que una nota de prensa; es el núcleo medular de Orogen.
Estrategia de lanzamiento astuta: La banda eligió meter el pie en el agua con un lanzamiento independiente, una estrategia que resiste las mordazas de los gigantes discográficos que buscan sólo un beneficio rápido a costa de la integridad artística.
Voces inolvidables: Con vocalistas que arman explosiones de sentimientos desgarradores y furiosos en cada estrofa, este álbum se convierte en una experiencia sensorial total. La diversidad vocal reforzada por las distintas texturas tonales ofrece una gama rica en experiencias auditivas.
Crítica con estilo: Las letras son un fino ejemplo de arte lírico que recuerda la importancia de plantar cara a las narrativas insulsas. En varias canciones, la banda hace referencia a la importancia de la responsabilidad individual, el respeto a las tradiciones y la familia como pilar fundamental de una sociedad próspera.
Atracción por los clásicos: Rinden homenaje a las raíces del rock con guiños melódicos a leyendas clásicas. Estos guiños no son simples copias baratas, sino reinvenciones majestuosas que devuelven el sentido a lo inmortal.
Arte visual impactante: La portada del álbum, claramente influenciada por el arte europeo clásico, es tan mercado como las sonidos del disco. En un mundo saturado de minimalismo barato, esta obra de arte sugiere mirar hacia el pasado para inspirarse en el camino hacia el futuro.
Directo a la autenticidad: Lejos de los filtros insulsos del estudio, el álbum ha sido grabado con pasión cruda y cristalina, en sesiones donde el sudor y las lágrimas son palpables en cada acorde.
La resonancia de lo conservador: No se nos escapa que este álbum remueve sensibilidad en aquellos que buscan constantemente sofocar lo que no coincide con su falacia de realidad absoluta. Aquí, la música es resistencia; no sólo un placer.
No es de extrañar que Orogen se esté convirtiendo en un estandarte para quienes ven en el arte un refugio de autenticidad y coraje frente a lo establecido. En un clima donde la “tolerancia” liberal aplasta cualquier divergencia, este álbum es el manifiesto sonoro de una rebeldía necesaria.