La Orden Ejecutiva 13991: Un Ataque a la Libertad Individual
El 20 de enero de 2021, en Washington D.C., el presidente Joe Biden firmó la Orden Ejecutiva 13991, que exige el uso de mascarillas en propiedades federales. Esta medida, que se presentó como una respuesta a la pandemia de COVID-19, ha sido vista por muchos como un ataque directo a la libertad individual. ¿Por qué? Porque obliga a los ciudadanos a seguir una norma que debería ser una elección personal, no una imposición gubernamental.
Primero, hablemos de la hipocresía. Mientras que el presidente Biden firmaba esta orden con gran pompa, fue captado sin mascarilla en varias ocasiones en propiedades federales. ¿Acaso las reglas no aplican para todos? Parece que para algunos en el poder, las normas son más flexibles. Esta doble moral es un claro ejemplo de cómo las élites políticas imponen restricciones al pueblo mientras ellos mismos las ignoran.
Además, la orden ignora la diversidad de situaciones en las que se encuentran los ciudadanos. No todos los estados ni todas las comunidades enfrentan la pandemia de la misma manera. Imponer una regla uniforme desde el gobierno federal es un error que no toma en cuenta las necesidades y circunstancias locales. Los estados deberían tener la libertad de decidir qué medidas son más adecuadas para sus ciudadanos, en lugar de ser forzados a seguir un mandato que puede no ser necesario o efectivo en su contexto particular.
La ciencia, que tanto se menciona, no es unánime en cuanto a la efectividad de las mascarillas. Hay estudios que sugieren que su impacto es limitado, especialmente en espacios abiertos o cuando se mantiene la distancia social. Sin embargo, la orden ejecutiva no hace distinciones y trata a todos los espacios y situaciones por igual. Esto no solo es simplista, sino que también es una muestra de cómo el gobierno prefiere imponer medidas generales en lugar de confiar en el juicio y la responsabilidad personal de los ciudadanos.
Por otro lado, esta orden es un precedente peligroso. Si el gobierno puede obligarnos a usar mascarillas, ¿qué será lo próximo? ¿Nos dirán qué comer, cómo vestirnos, o qué pensar? La libertad individual es un pilar fundamental de nuestra sociedad, y cada vez que el gobierno interviene en nuestras vidas personales, se erosiona un poco más. La historia nos ha enseñado que cuando se permite que el gobierno tenga demasiado control, las libertades se pierden rápidamente.
Finalmente, esta orden es un reflejo de cómo algunos políticos ven a los ciudadanos: como niños que necesitan ser guiados y controlados. En lugar de confiar en que las personas tomarán decisiones responsables por sí mismas, el gobierno decide imponer su voluntad. Esto no solo es condescendiente, sino que también es un insulto a la inteligencia y capacidad de los ciudadanos para cuidar de sí mismos y de sus comunidades.
La Orden Ejecutiva 13991 es más que una simple medida de salud pública; es un símbolo de cómo el gobierno puede, y lo hará, intervenir en nuestras vidas si se lo permitimos. Es hora de que defendamos nuestras libertades y recordemos que el poder reside en el pueblo, no en los pasillos del poder en Washington D.C.