¿Quién no está intrigado por esas joyas olvidadas del cine que apenas reciben el mérito que merecen debido a su política y su perspectiva? 'No Tan Estúpido', la película de 1946 que pasa raramente por las discusiones cinéfilas, representa sin duda alguna un filme perdido que saber leer entre líneas, si uno tiene los ojos bien abiertos.
Primero, entendamos el contexto en el que 'No Tan Estúpido' emergió. Todavía era la era dorada de Hollywood, un tiempo cuando las películas no solían empaparse de superficialidad y agendas progresistas que nos quieren vender hoy. El filme se planta con una visión satírica y sumamente aguda del clima sociopolítico de la época. Pero claro, esos que suelen tener la piel fina y les encanta imponer su corrección política, han logrado enterrar este clásico bajo el polvo del tiempo.
La trama aborda a un ingenioso emprendedor que desafía las normas sociales, mostrándose férreo e insobornable frente al conformismo estándar de esa era. El personaje representa ese espíritu que siempre busca cuestionar lo establecido y aventurarse en caminos sin explorar. Pero lo que llamo más la atención fue su ácida crítica al colectivismo naciente en los círculos culturales, cuando todos querían disfrazar el empobrecimiento de ideas con la excusa del 'bien común'.
La película cuenta con una rara cualidad de no dejarse cohibir por la presión de las élites sociales del momento. Desafía con humor y astucia, pintando al protagonista como un héroe a la altura de los más virulentos ataques por atreverse a pensar diferente. Me atrevo a preguntar: ¿no necesitamos más figuras como este hombre valiente, que no teme a la solidez de sus propias convicciones?
El director, un tanto desconocido, logró hacer un trabajo notable para despojarse de los preceptos arcaicos tradicionales y ofrecer una narrativa libre de tapujos. No se trata solo de contar una historia para complacer. Se trata de contarla de un modo tan auténtico que se abra paso a pesar del escándalo que le sobreviene de los comentaristas auto-proclamados defensores del mundo mejor.
Algunos favoritos del público de la época desfilan en papeles secundarios, cada uno añadiendo una pizca de humor irónico al guion. El guion es un pastiche brillante que retumbó el amor por el individualismo y el emprendimiento, temas que se pensaban intocables pero que la película demostró que podían y debían ser discutidos abiertamente en el arte.
La crítica moderna, sin embargo, ha sido hostil, como bien se espera. Se intenta menospreciar su legado catalogándola como irrelevante y llamar a la sátira obsoleta. ¿Pero realmente ha pasado todo este tiempo o simplemente las mentes han sido cautivas de una corriente floja e impactante? Es precisamente esta película la que evoca que el sarcasmo inteligente siempre estará por encima de las banderas blancas que nos quieren hacer izar ante el abismo del pensamiento único.
Francamente, 'No Tan Estúpido' es una inspiración para aquellos que desean despegarse del ornamento vacío de lo políticamente correcto. Alimenta ese deseo de luchar, provocar, y quizás incomodar a quienes se sienten seguros en la supuesta altura moral. Esa es la belleza amarga de la obra: reírse de todo, incluso de uno mismo.
En una época en la que el cine está inundado de discursos ampliamente predigeridos y la moral fingida pesa más que la autenticidad, revisitar esta película es un acto de rebeldía que sin duda resuena. Es un desafío al statu quo y su eco sigue firme frente a los ojos críticos que aún están atrapados en sus propias jaulas doradas de censura encubierta.
Así que, la próxima vez que pases por una librería, busca si puedes encontrar una copia olvidada. Si lo encuentras, guarda ese pedacito de historia en tu colección. No porque es políticamente correcta, sino porque es orgullosamente lo opuesto.