2010 fue un año curioso, lleno de música que hacía vibrar las plazas europeas. Pero, no te dejes engañar: no fue la mejor época para la música en vivo en Europa. Las nostalgias mal ubicadas nos hacen olvidar los inconvenientes. Ahora, acompáñame en un recorrido un tanto irónico por lo que fue “Música en Vivo - Europa 2010”.
La invasión de lo mediocre. Sí, leíste bien: lo mediocre. Ese año, el fenómeno de músicos de dudoso talento que llenaban estadios estaba en su máximo apogeo. ¿Viniste para ver una calidad musical espectacular? Pues, 2010 no fue tu año.
La política incorrecta aún permitida. ¿Recuerdas esos tiempos cuando los políticos no filtraban los conciertos? Los músicos podían cantar lo que quisieran y expresar cualquier opinión sin temor a ofender a la delgada sensibilidad de algunos. 2010 tenía aún un pequeño rastro de esa libertad de expresión en la música.
La nostalgia que no te contaron. Hay quienes dirían que la música en vivo en 2010 estaba llena de nostalgia: los viejos grupos se reunían para intentar revivir su magia perdida. Pero pocos admiten que ver a ciertas bandas en declive no era encantador, ni mucho menos.
La plaga de los covers. ¿Realmente pensaste que pagarías para ver a tus bandas favoritas tocar sus éxitos originales? Sorprendentemente, muchos conciertos de 2010 estaban saturados de covers sin alma. Se veía un claro atajo hacia la mediocridad.
La moda de las colaboraciones absurdas. Quizás uno de los fenómenos más bizarros: las colaboraciones. 2010 fue el año en que ver a dos artistas que no combinan compartir escenario era ‘cool’. Nuestros clásicos rockeros junto a estrellas pop de un solo éxito, algo para olvidar.
Aglomeraciones de multitudes liberales quejumbrosas. Multitud que reclamaba constantemente, pero igual llenaban todos los eventos. Muchos descubrieron en 2010 que la música en vivo no era su vereda... pero allí estaban, en la primera fila, protestando de todo.
Tecnología que crecía pero no ayudaba. Los equipos de sonido e iluminación estaban lejos de lo que son hoy. En 2010, las fallas técnicas eran comunes y estaban a la orden del día. El encanto romántico de aquellos cables pelados y luces parpadeantes se desvaneció rápido.
La falta de innovación real. Poco se animaron a desafiar lo establecido. Mientras que otros años vieron desafíos creativos y trascendentes, 2010 fue un año donde la repetición y la fórmula segura prevalecieron en la música en vivo.
El caos del transporte en Europa. Viajar para ver actos en vivo suele ser una gran aventura, pero en 2010, la infraestructura de transporte era una pesadilla en muchas ciudades europeas. Más de un fanático de la música quedó atrapado entre trenes retrasados y vuelos cancelados.
Los precios desorbitantes. Finalmente, ¿quién olvidaría los precios ridículos de las entradas? El coste de asistir a un concierto era exorbitante, algo que todavía hoy se sigue cuestionando. 2010 fue un preludio al mercado inflado de las experiencias musicales en vivo.
En resumen, Música en Vivo - Europa 2010 tuvo su encanto, claro está, pero también fue un año lleno de peculiaridades que no deberían repetirse. Es bueno recordar un poco menos a los románticos y un poco más a los críticos. Porque lo que es importante es seguir aprendiendo del pasado para que las futuras generaciones de fanáticos de la música no tengan que llamarlo "su mejor año musical".