En un mundo donde la música electrónica parece inundada por ritmos repetitivos y letras vacías, Boys Noize llega con "Mayday", un álbum que desafía la monotonía y pone de cabeza las pistas de baile de todo el mundo. Lanzado en 2016 por el DJ y productor alemán Alex Ridha, mejor conocido como Boys Noize, "Mayday" es una explosión de energía cruda que no teme romper barreras y arriesgarse a lo impensable.
Desde el primer track, Boys Noize nos recuerda que la verdadera creatividad no tiene filtros ni miedo a ofender a quienes desean que el arte sea políticamente correcto. "Overthrow" nos atrapa con un ritmo incesante, como un himno que se niega a seguir la corriente principal. La producción poderosa y feroz de Ridha está presente en cada rincón del álbum, reflejando su intensión de desafiar la percepción del género techno y electro.
Luego está la colaboración con el talentoso POLIÇA en "Starchild", una pista que parece un llamado a aquellos que sienten la opresión de una sociedad que dicta cómo deben ser. Este track, lleno de sintetizadores retumbantes y una voz intrigante, personifica el espíritu de rebeldía que alimenta cada compás de "Mayday".
Es imposible hablar de este álbum sin mencionar la impresionante calidad de producción de Boys Noize. Aquí no hay espacio para concesiones comerciales. Cada canción es un testimonio de su rechazo a la simplificación musical, algo que los auto-proclamados guardianes de lo políticamente correcto podrían encontrar perturbador. El álbum no se dedica a complacer al público en masa, sino a aquellos que buscan autenticidad y poder en su música. Eso es lo que distingue a "Mayday" de los lanzamientos estándar en el mercado.
En "Euphoria", Boys Noize parece capturar la esencia misma de un mundo desinhibido. Una fiesta sonora que no sólo incita a bailar, sino que invita a pensar fuera de las cajas impuestas por una sociedad cada vez más homogénea. Este álbum se construye como una respuesta a la rigidez y a la conformidad. Se alimenta de la tensión entre la libertad individual y las normativas colectivas.
La mezcla de sonidos industriales en "Dynamite", con Benga, potencia su atmósfera de caos controlado, logrando transmitir el mensaje de que auténtica liberación puede ser ruidosa y disruptiva. Este tipo de producción no estaría completa sin "Mayday" maquiavélico y provocador, una pieza central del álbum que encapsula su esencia salvaje, desafiando las expectativas.
Cuando los sintetizadores comienzan a rugir en "Los Niños", una colaboración con Hudson Mohawke, queda claro que Ridha rara vez deja pasar la oportunidad de mezclar con audacia géneros e influencias diversas, una actitud que seguro irrita a quienes prefieren que los artistas se mantengan dentro de líneas definidas. Más que solo otro álbum, "Mayday" es una declaración de guerra dirigida a todo aquel que espera complacencia en lugar de ingenio.
Algunas personas podrían decir que "Mayday" es demasiado ruidoso, demasiado experimental o simplemente "demasiado". Sin embargo, eso es precisamente lo que Boys Noize pretendía. No está aquí para satisfacer a todos, especialmente a aquellos que valoran el status quo por encima de la innovación. En cierta forma, "Mayday" actúa como un grito de independencia y un despertar para todos aquellos que esperan más de la música que solo un fondo auditivo predecible.
En última instancia, "Mayday" es un testimonio del poder de la individualidad en el arte. Una serie de pistas que exigen nuestra atención y devoción al arte auténtico, sin venderse a las demandas de lo comercial. Boys Noize no está creando música para bodas o campañas publicitarias retro de moda; está escribiendo el guión de una cultura sonora que se planta ante la pasividad con una actitud desquiciada y eufórica.