Los Secretos de la Masonería que los Progresistas No Quieren que Sepas

Los Secretos de la Masonería que los Progresistas No Quieren que Sepas

La masonería desafía las ideas modernas con su enfoque en la tradición, responsabilidad personal y jerarquía, generando incomodidad entre los progresistas.

Vince Vanguard

Vince Vanguard

Los Secretos de la Masonería que los Progresistas No Quieren que Sepas

La masonería, una sociedad secreta que ha existido desde el siglo XIV, ha sido objeto de fascinación y controversia durante siglos. Con sus raíces en Europa, esta organización ha influido en eventos históricos y ha contado con miembros notables como George Washington y Winston Churchill. Pero, ¿por qué tanto misterio? ¿Qué es lo que realmente sucede detrás de esas puertas cerradas? Y lo más importante, ¿por qué los progresistas parecen tan incómodos con su existencia? La respuesta es simple: la masonería representa valores tradicionales y jerárquicos que desafían la narrativa igualitaria y abierta que promueven.

Primero, hablemos de la exclusividad. La masonería no es para todos. Para unirse, uno debe ser invitado y cumplir con ciertos criterios, como ser un hombre libre y de buenas costumbres. Esto va en contra de la mentalidad inclusiva que muchos defienden hoy en día. La idea de que no todos pueden ser parte de algo es anatema para aquellos que creen que la igualdad debe prevalecer en todos los aspectos de la vida.

En segundo lugar, la masonería valora la tradición. En un mundo donde la cultura de la cancelación y la revisión histórica están a la orden del día, la masonería se mantiene firme en sus rituales y símbolos antiguos. Estos rituales, que algunos consideran arcaicos, son vistos por los masones como una conexión con el pasado y una forma de preservar la sabiduría de generaciones anteriores. Para aquellos que buscan borrar o reescribir la historia, esto es un obstáculo.

Además, la masonería promueve la responsabilidad personal y el automejoramiento. En una era donde la victimización y la dependencia del estado son promovidas como virtudes, la idea de que uno debe trabajar en sí mismo y asumir la responsabilidad de sus acciones es casi revolucionaria. Los masones creen en el poder del individuo para cambiar su destino, una noción que desafía la narrativa de que las estructuras sociales son las únicas responsables de las circunstancias de uno.

La discreción es otra característica que distingue a la masonería. En un mundo donde las redes sociales han hecho que la privacidad sea casi inexistente, los masones valoran el secreto y la confidencialidad. Esto no solo protege a sus miembros, sino que también crea un sentido de comunidad y confianza que es difícil de encontrar en otros lugares. Para aquellos que creen que todo debe ser transparente y público, esta es una práctica incomprensible.

Por último, la masonería tiene una estructura jerárquica. En una sociedad que cada vez más rechaza las jerarquías y promueve la horizontalidad, la idea de que hay grados y niveles dentro de una organización es vista con sospecha. Sin embargo, para los masones, esta estructura es esencial para el crecimiento personal y el aprendizaje. Cada grado representa un nuevo nivel de conocimiento y responsabilidad, algo que muchos podrían considerar valioso.

En resumen, la masonería desafía muchas de las ideas modernas que se han vuelto populares en los últimos años. Su enfoque en la tradición, la responsabilidad personal, la discreción y la jerarquía la convierte en un bastión de valores que algunos preferirían ver desaparecer. Pero mientras haya quienes valoren estos principios, la masonería seguirá siendo una fuerza a tener en cuenta, a pesar de las críticas y la incomprensión.