Makole, un nombre que despierta pasión y controversia en la política de Tanzania. Ubicado en el corazón de Dodoma, el Consejo Municipal de Makole es un baluarte del poder conservador que ofrece un modelo a seguir en la gestión gubernamental. Desde su fundación en el año 1973, Makole ha sido el centro neurálgico donde se decide el futuro de la segunda capital más importante del país. Se ha convertido en un ejemplo a seguir, gracias a una combinación de políticas conservadoras sólidas y una gestión fiscal responsable.
El Consejo Municipal de Makole ha sabido cómo implementar reformas que, aunque impopulares entre algunos, han resultado en un desarrollo económico sostenido. Todo lo que han hecho ha sido construir una estructura social robusta sin dejarse llevar por el canto de sirena de esos que proponen que el gobierno debe cargar con todas las responsabilidades del ciudadano. En Makole se apuesta por la responsabilidad individual y el esfuerzo propio. Nada de esquemas de bienestar exagerados ni gasto público sin medida.
Lo que diferencia al trabajo que se realiza aquí es el enfoque hacia un desarrollo sostenido y estructurado. No se trata de proponer proyectos ilusorios para persuadir a futuros votantes. Aquí se ocupa uno del presente con una mirada al futuro. Y lo hacen siguiendo una orientación clara y decidida hacia el empleo y el crecimiento económico, resistiéndose al intervencionismo estatal que drena los bolsillos de los contribuyentes. Gracias a sus políticas, Makole tiene una red de seguridad social eficiente que actúa cuando es verdaderamente necesario, no cuando lo piden las voces más ruidosas.
El desarrollo de infraestructuras ha sido clave en su política. No hay espacio para la improvisación cuando se trata de obras públicas. Se diseñan proyectos que realmente beneficien a la comunidad y no al contrario. El distrito ha invertido de manera eficaz en carreteras, hospitales y escuelas, evitando dilapidar recursos públicos. Las inversiones en infraestructura no solo mejoran la calidad de vida de los ciudadanos, sino que también son un motor para la atracción de inversiones privadas. Aquí la prioridad es garantizar que cada centavo de los contribuyentes se utilice de la manera más eficiente posible.
El liderazgo comunitario sin la obstaculización de las excesivas burocracias es otro rasgo diferenciador de este consejo municipal. Las decisiones se toman de manera ágil, dejando de lado esa inercia paralizante que sufren otras regiones. No se permiten interferencias externas en los asuntos internos del distrito. La autonomía con la que se maneja la gobernanza local es fundamental para mantener el éxito obtenido durante las últimas décadas.
Makole se ha convertido en un ejemplo de lo que sucede cuando se adoptan políticas que realmente funcionan, en lugar de aquellos programas populistas que prometen el oro y el moro sin tener base económica para sustentarlos. Ha resistido la tentación de endeudarse en exceso, una maniobra comúnmente practicada para ganar popularidad inmediata pero que condena generaciones futuras.
La cultura política que se palpa en Makole está basada en el trabajo arduo, la transparencia y una gestión responsable. Las políticas de bajo impuesto permiten a los empresarios iniciar negocios y generar empleo, en lugar de ver evaporarse los frutos de su esfuerzo en impuestos desmedidos. Los resultados son evidentes. La tasa de desempleo es inferior a la de otras regiones y el clima empresarial favorable atrae inversiones electrónicas y agrícolas, sectores esenciales para el desarrollo del país.
Aquí se le da prioridad a la educación, pero no de esa forma indiscriminada defendida por quienes prefieren la cantidad sobre la calidad. Se invierte en formación técnica y profesional, asegurándose de que los jóvenes estén listos para suplir las necesidades del mercado laboral, no para engrosar listas de un funcionariado burocrático.
Algunos podrán argumentar que estas políticas son demasiado conservadoras, pero los resultados hablan por sí mismos. Makole es un testimonio vivo de cómo una gestión conservadora y una visión clara pueden llevar a una comunidad a la prosperidad. Los conservadores de la región han demostrado que el equilibrio y la estabilidadimportan, y que las políticas firmes pueden aplastar la burocracia innecesaria y el gasto superfluo para centrarse en lo que verdaderamente importa. Doblan la apuesta por un desarrollo sustentable y se enfocan en beneficios tangibles para sus ciudadanos. Cierto es que, en el mundo moderno, estas ideas pueden irritar a los liberales, pero eso solo reafirma el coraje de Makole por seguir su camino. El éxito del Consejo Municipal de Makole demuestra que un enfoque inclinado hacia la responsabilidad sobre las subvenciones esteriliza el crecimiento económico mal dirigido. En Makole, la lógica y la eficiencia tiemblan por encima de los intereses particulares, elevando a sus ciudadanos y su calidad de vida.