Los Fantasmas Vendrán y Besarán Nuestros Ojos: La Izquierda y Sus Creencias Absurdas
En un mundo donde la lógica y la razón deberían prevalecer, la izquierda sigue aferrándose a creencias tan absurdas como los fantasmas que vendrán a besarnos los ojos. En Estados Unidos, en pleno siglo XXI, los progresistas han decidido que la ciencia y la realidad son opcionales, y prefieren vivir en un mundo de fantasía. Desde la obsesión con el cambio climático hasta la creencia de que el socialismo es la solución a todos nuestros problemas, los liberales han perdido el contacto con la realidad. ¿Por qué? Porque es más fácil vivir en un mundo de sueños que enfrentarse a los hechos.
Primero, hablemos del cambio climático. La izquierda nos quiere hacer creer que el mundo se va a acabar mañana si no dejamos de usar nuestros coches y empezamos a vivir como ermitaños. Pero, ¿dónde están las pruebas? Los datos son manipulados, y los científicos que se atreven a cuestionar la narrativa son silenciados. La verdad es que el clima siempre ha cambiado y siempre cambiará. No necesitamos sacrificar nuestra calidad de vida por un miedo infundado.
Luego está el tema del socialismo. La izquierda lo pinta como la panacea para todos los males del mundo. Pero, ¿qué ha logrado el socialismo en la historia? Hambre, pobreza y opresión. Desde Venezuela hasta la Unión Soviética, el socialismo ha fracasado una y otra vez. Sin embargo, los progresistas insisten en que esta vez será diferente. ¿Por qué? Porque creen que son más inteligentes que todos los que lo intentaron antes. Es una arrogancia que raya en lo delirante.
La obsesión con la corrección política es otro ejemplo de cómo la izquierda ha perdido el rumbo. No se puede decir nada sin ofender a alguien. Las palabras son censuradas, y las opiniones disidentes son castigadas. Vivimos en una sociedad donde la libertad de expresión está bajo ataque, todo en nombre de no herir los sentimientos de nadie. Pero, ¿qué pasó con el debate abierto y la discusión de ideas? Parece que la izquierda prefiere silenciar a sus oponentes en lugar de enfrentarse a ellos con argumentos sólidos.
La educación es otro campo donde la izquierda ha dejado su huella. En lugar de enseñar a los estudiantes a pensar críticamente, se les adoctrina con ideologías progresistas. La historia se reescribe para encajar con la narrativa de la izquierda, y los estudiantes salen de las universidades sin las habilidades necesarias para enfrentar el mundo real. ¿Es esta la educación que queremos para nuestras futuras generaciones?
Finalmente, está la cuestión de la identidad de género. La izquierda ha decidido que el género es un constructo social y que cualquiera puede ser lo que quiera ser. Pero la biología no miente. Hay hombres y hay mujeres, y eso no va a cambiar por mucho que los progresistas lo deseen. La confusión de género solo crea más problemas, especialmente para los jóvenes que están tratando de encontrar su lugar en el mundo.
En resumen, la izquierda ha creado un mundo de fantasía donde los fantasmas vienen a besarnos los ojos y la realidad es solo una opción. Es hora de despertar y enfrentar los hechos. La lógica y la razón deben prevalecer sobre las creencias absurdas y las ideologías fallidas. Solo entonces podremos avanzar como sociedad y construir un futuro mejor para todos.