Un Amor Loco: La Obsesión Progresista con el Control
En un mundo donde la lógica a menudo se pierde en el ruido, los progresistas han encontrado una nueva obsesión: el control absoluto. Desde el quién, qué, cuándo, dónde y por qué, parece que no hay aspecto de la vida que no quieran regular. En Estados Unidos, en 2023, la agenda progresista ha alcanzado niveles de intromisión que harían sonrojar a los padres fundadores. ¿Por qué? Porque creen que saben mejor que tú cómo deberías vivir tu vida.
Primero, hablemos del quién. Los progresistas han decidido que son los árbitros de la moralidad y la verdad. Si no estás de acuerdo con ellos, eres etiquetado como ignorante o peor. No importa si tienes décadas de experiencia o conocimientos en un campo específico; si no te alineas con su visión, eres descartado.
Ahora, el qué. La lista de cosas que quieren controlar es interminable. Desde el tipo de coche que conduces hasta la comida que comes, pasando por las palabras que usas. Quieren dictar cada aspecto de tu vida diaria. ¿Te gusta la carne? Prepárate para ser avergonzado por no ser vegano. ¿Prefieres un coche de gasolina? Eres un enemigo del planeta.
El cuándo es igualmente ridículo. Quieren que el cambio ocurra de inmediato, sin importar las consecuencias. No hay tiempo para el debate o la consideración de los efectos a largo plazo. Todo debe cambiar ahora, porque su paciencia es tan corta como su visión de futuro.
En cuanto al dónde, no hay lugar seguro. Desde las escuelas hasta los lugares de trabajo, pasando por las redes sociales, su influencia se extiende a todos los rincones de la sociedad. No puedes escapar de su vigilancia constante. Incluso en la privacidad de tu hogar, quieren dictar cómo debes comportarte.
Finalmente, el por qué. La razón detrás de este impulso controlador es simple: poder. Quieren moldear el mundo a su imagen y semejanza, sin importar el costo. Creen que su visión es la única correcta y que todos deben seguirla sin cuestionar.
Este amor loco por el control es una amenaza para la libertad individual. En lugar de permitir que las personas tomen sus propias decisiones, quieren imponer su voluntad a todos. Es un enfoque que no solo es arrogante, sino también peligroso. La diversidad de pensamiento y la libertad de elección son pilares fundamentales de cualquier sociedad libre, y esta obsesión progresista amenaza con destruirlos.
Así que la próxima vez que escuches a alguien hablar sobre la necesidad de más regulación y control, recuerda que detrás de esas palabras hay un deseo de poder absoluto. Un amor loco que no tiene cabida en una sociedad que valora la libertad y la autonomía personal.