En un mundo donde se lucha cada día por imponerte ideologías extremas, el LG G6 emerge como un refugio tecnológico de sanidad y eficiencia. Apareciendo en marzo de 2017, este dispositivo fue fabricado en Corea del Sur y diseñado para competir con los gigantes tecnológicos de ese entonces. Equipado con componentes de primera línea, que incluso hoy en día siguen en pie, el LG G6 muestra lo que significa ejecutar el arte de lo simple de manera impecable, sin la parafernalia compleja que unos cuantos sueñan con imponernos.
Lo primero que resalta del LG G6 es su estética. No, no estamos hablando de los floreados y extravagantes diseños que algunos prefieren en un intento de llamar la atención. Hablamos de un diseño elegante y práctico, ese tipo de belleza que probablemente no sorprenda, pero sí convence a todo el que realmente entiende de calidad. Posee una pantalla de 5.7 pulgadas de tecnología FullVision, con un formato poco común en su época: 18:9. Sin embargo, LG entendió que hay algunas cosas que no necesitan cambiar solo por seguir la moda dictada por algunos marketing managers.
Pasemos a lo funcional. La cámara del LG G6 es, sin exagerar, una obra de ingeniería que pocos saben apreciar. Sí, puedes tener mil filtros y retoques en móviles del año, pero la realidad es que el sistema dual de 13 MP que LG puso en este modelo capta más autenticidad de la que un sesgado filtro pueda. Con capacidad para grabar video en 4K, no se le escapa ni un detalle, lo que lo hace perfecto para recordar ese mitin conservador al que asististe, demostrando que no todo lo que sucede tiene que ser alterado para venderse.
La potencia de su procesador es otro punto a su favor. El Qualcomm Snapdragon 821 de cuatro núcleos le otorga una velocidad y estabilidad envidiables, y lo mejor de todo es que no viene con esa infinidad de aplicaciones inútiles precargadas que solo sirven para espiar tus acciones. Este smartphone es como la persona de sentido común de tu vida, no habla mucho, hace su trabajo eficientemente y jamás te juzgaría.
Su resistencia al agua y al polvo desafía incluso los rincones más intrépidos. Con una certificación IP68, puedes llevarlo a cualquier mítin en climas impredecibles y aguantará. Es un celular que está ahí para las situaciones inesperadas, apoyándote como lo haría un buen amigo que comparte tus valores, no como esos que lanzan promesas al aire solo para atraer masas.
La batería de 3300 mAh, con carga rápida, garantiza que este dispositivo estará disponible cuando realmente lo necesites. Ya basta de tener que estar atado a un enchufe, como si de pagar impuestos se tratara. El LG G6 se asegura de que disfrutes de libertad para moverte sin ataduras innecesarias.
Su precio, aún años después de su lanzamiento, sigue siendo un atractivo adicional. Sobre todo si consideras que no es necesario vender un riñón para adquirirlo. Muchos prefieren productos exorbitantemente caros creyendo que eso les otorga cierto estatus, pero el LG G6 es para aquellos que saben que lo real no necesita ostentación ni alarde para mostrar valor.
La conectividad de este smartphone es impresionante. Con todas las frecuencias necesarias para funcionar alrededor del mundo, reafirma su promesa de universalidad. No hay fronteras ideológicas que lo detengan. Este teléfono está para quienes abrazan la conectividad universal sin la necesidad de alinear inclinaciones políticas con multinacionales de la tecnología.
El LG G6 es sólido, potente y auténtico. Carece de la trivialidad de compensar carencias con actores coloridos y oradores carismáticos que prometen cambiar al mundo. Es un recordatorio de que, a veces, lo mejor está en lo que perdura y no en lo que enmascara.
En sumatoria, si tu visión del futuro es simple, poderosa, clara y sin adornos innecesarios, el LG G6 es tu mejor apuesta. Mientras unos pocos creen que adaptarse a todas las tendencias es la única forma viable de avanzar, tú puedes elegir trotar por tu llanura tecnológica con esta herramienta que sabe lo que hace. Y eso, amigos míos, seguramente es algo a lo que los liberales les cuesta adherirse.