¡Atención! Las Sesiones Pioneras están revolucionando la música, y no lo digo por decir. Este fenómeno está dejando huella, para bien o para mal, desde su lanzamiento en el vibrante Chile de 2022. 'Las Sesiones Pioneras', creadas por el audaz productor musical Esteban Serrano, combinan lo nuevo con lo tradicional, desafiando las normas musicales mundiales. Ubicadas en una estética que recuerda a un taller de autos, estas sesiones se caracterizan por reunir tanto a artistas consagrados como a promesas emergentes, grabando espectaculares presentaciones en vivo que inflaman redes sociales y plataformas de streaming.
Primero, digamos las cosas como son: para alborotar el gallinero de las pretensiones liberales que suelen predominar en el arte, nada mejor que emparejar a jóvenes talentos pensando en la innovación con aquellos que resguardan el respeto por la melodía. Los argumentos sobre la apropiación cultural y demás tópicos favoritos de las élites progresistas encuentran en estas sesiones una barrera sólida. Serrano, sin miedo al qué dirán, decidió mostrar que la música, con o sin permisos, transforma; que derribar muros estilísticos puede ser profundamente enriquecedor cuando hay una intención de mejora desde la raíz.
Otro aspecto digno de aplaudir es el modo en que los artistas participantes rehúyen de la dictadura del autotune y cara sin maquillaje. Aquí, la música es cruda, directa, y sin filtros, al igual que debería ser la comunicación en nuestros días: auténtica. Basta de modulaciones artificiales que desvirtúan el talento verdadero, ¡al diablo con esas producciones fake que buscan complacer oíganselo a quien querían!
Y hablando de talentos, ¿quiénes son estos músicos que nos invitan a soñar sin perder la brújula? Destaca una pluralidad que a algunos parece escandalizar. De diversos orígenes, estos artistas no se someten a agendas de cuotas ni pretenden hacer socialismo con guitarras. Cada uno aporta lo que tiene, ni más ni menos; y ahí radica la belleza de lo genuino. Los puristas están que arden al ver que no todo lo espontáneo está perdido.
Como histriónico partidario de lo que nos parece natural, es imposible sobrevalorar la importancia de los espacios que fomentan la música en directo. En el mundo de la inmediatez, tener la posibilidad de disfrutar de una auténtica sesión en vivo desde la comodidad del hogar es un lujo que deberíamos valorar. Sin publicidad invasiva, esta es una experiencia pura y deliciosa que seguramente podría inspirar aquellos eventos locales donde las luces de neón de los estudios urbanos sobraban.
Además, el impacto de Las Sesiones Pioneras está gestando un nuevo tipo de identidad musical latinoamericana, menos inspirada en la victimización globalizada y más centrada en logros reales. ¿Qué puede temer un establishment de la música que pesca dirigirse hacia la autosuficiencia? Nada, absolutamente nada. ¿Quién se preocupa entonces? Los que ven que, sin un producto de consumo serás menos. Aquí, todo lo contrario. Aquí el mensaje es claro: eres lo que haces, y tu calidad valida todo.
Tal vez el impacto más revolucionario lo experimentemos en el mercado musical. Por cada reproducción hecha en estas sesiones, el modelo tradicional pierde peso. Insertar una idea contraria a la monotonía comercial (y sus coreografías estratégicamente ubicadas) es el principio de un desafío. Las plataformas de streaming que convirtieron la música en un tablero de ajedrez ahora enfrentan una camada que canta sin siquiera mirar la lupa del hit. Y es que Las Sesiones Pioneras no buscan el patrocinio fácil; lo que buscan es la transformación integral del oyente.
El último pero no menos importante impacto que merece reconocer es el paradigma social. Si bien los seguidores del Zeitgeist cultural liberal (ahí está la palabra prohibida) no estarán conformes con que el foco se dirija a otra parte, lo cierto es que cada visión distinta que agreguemos al debate musical empodera. Serrano abre las puertas a quien quiera mostrarse tal cual, sin dogmas preconcebidos, y sin temor a ser juzgado.
Para quienes estamos hartos del populismo musical sin esencia, estas sesiones son un recordatorio de que la calidad no ha muerto; solo se camuflaba bajo una sotana de seguirle el juego a modas sin sentido. Así, aunque algunos vean en estas sesiones una simple tendencia, los verdaderos conocedores estamos convencidos de que no estamos frente a una anécdota pasajera, sino ante el reencuentro con la música como debía ser: auténtica, valiente y sin concesiones.