¡Los Lagartos de Salón y su EP que Nadie Pidió!

¡Los Lagartos de Salón y su EP que Nadie Pidió!

Los Lagartos de Salón lanzan un EP que redefine la mediocridad musical con su mezcla de jazz y sonidos de ascensor.

Vince Vanguard

Vince Vanguard

¡Los Lagartos de Salón y su EP que Nadie Pidió!

En un mundo donde la música está saturada de talento real, los Lagartos de Salón han decidido lanzar un EP que nadie pidió ni necesitaba. Este grupo, que se formó en un garaje de algún suburbio olvidado en 2023, ha decidido que el mundo necesita más de su sonido "único". ¿Quiénes son estos personajes? Unos tipos que creen que mezclar jazz con sonidos de ascensor es la próxima gran revolución musical. ¿Qué han lanzado? Un EP que promete ser tan emocionante como ver pintura secarse. ¿Cuándo? Justo cuando pensabas que la música no podía empeorar. ¿Dónde? En todas las plataformas digitales, porque, claro, ¿dónde más? ¿Por qué? Porque aparentemente, el mundo no tiene suficiente música mediocre.

El primer tema del EP es una oda a la monotonía. Con un ritmo que podría poner a dormir a un búho, los Lagartos de Salón nos ofrecen una experiencia auditiva que hace que el silencio parezca una fiesta. La letra, si es que se le puede llamar así, es una serie de clichés que ni siquiera un adolescente en su fase emo se atrevería a escribir. Pero, claro, en su mundo, esto es arte.

El segundo tema es un intento fallido de ser "profundo". Con un título pretencioso que no tiene nada que ver con la letra, la canción trata de tocar temas existenciales pero termina siendo una mezcla incoherente de palabras. Es como si hubieran puesto un diccionario en una licuadora y lo hubieran llamado poesía. La única cosa que logran es hacer que el oyente se pregunte por qué sigue escuchando.

El tercer tema es un cover de una canción clásica, pero con un giro: la han hecho completamente irreconocible. Han tomado una obra maestra y la han destrozado hasta el punto de que ni el propio compositor la reconocería. Es un crimen musical que debería ser castigado con el destierro de las ondas sonoras.

El cuarto tema es un intento de ser "experimental". Aquí es donde los Lagartos de Salón realmente muestran su falta de talento. Han decidido que la mejor manera de ser innovadores es simplemente tocar notas al azar y esperar que algo bueno salga de ello. Spoiler: no sale nada bueno. Es un desastre auditivo que hace que uno quiera arrancarse los oídos.

El quinto y último tema es, afortunadamente, el final de esta tortura. Es un intento de ser "optimista", pero lo único que logra es hacer que el oyente se sienta aliviado de que el EP haya terminado. Es como si los Lagartos de Salón supieran que han creado un monstruo y quisieran pedir disculpas con una canción que, irónicamente, es la menos mala del lote.

Este EP es un recordatorio de que no todo el mundo debería hacer música. En un mundo donde el talento real lucha por ser escuchado, los Lagartos de Salón han decidido que su contribución es necesaria. Y aunque algunos puedan encontrarlo "interesante", la mayoría estará de acuerdo en que es un ejemplo perfecto de lo que sucede cuando se da demasiada libertad creativa a quienes no la merecen.