Si creías que la música era solo un refugio seguro para los hippies, artistas liberales y pseudo-rebeldes, piénsalo otra vez. 'La Tardanza de la Hora', el álbum de Eric Matthews lanzado en 2023, es una oda a la sofisticación musical que desafía la superficialidad moderna y, en cierto modo, golpea justo donde más duele al oído iliberado. ¿Recuerdas esos tiempos cuando la música no se trataba solo de sintetizadores molones y letras vacías? Matthews trae aquello de vuelta con este álbum, y no está aquí para hacer amigos.
¿Quién es Eric Matthews? Es un compositor y cantante estadounidense que, desde sus inicios en la música, ha rechazado las fórmulas predecibles de la industria. 'La Tardanza de la Hora' es un álbum que ha levantado cejas desde que se lanzó en la tranquila Portland en la primavera de 2023. ¿Por qué allí? Para alejarnos de la máquina comercial de Los Ángeles y Nueva York, por supuesto. Matthews quiere hacer música que desafía el statu quo, y lo hace con arreglos instrumentales complejos y letras provocativas que recuerdan a los días dorados del pop progresivo. No es un álbum para TikTok, y mucho menos para playlists de fondo.
Primero, hablemos de la composición del álbum. 'La Tardanza de la Hora' es un caleidoscopio de influencias que abarca desde orquestaciones barrocas hasta pop orquestal con un toque moderno. La música de Matthews no es para los oídos que prefieren el efecto ASMR de la música mínima y repetitiva de hoy. Cada canción es una montaña rusa de emociones y su habilidad para amalgamar distintos géneros es una bofetada al conformismo.
Ahora, hablemos del contenido lírico, claramente no diseñado para calmar a las masas. Matthews no busca esconder verdades con metáforas vacías. Al contrario, sus letras ofrecen un comentario agudo y a veces mordaz sobre la época actual. En 'La Tardanza de la Hora', hay una crítica subyacente sobre cómo la cultura actual se aferra a la inmediatez y todo lo efímero. Sus composiciones invitan a una mirada introspectiva, algo que falta en gran parte de la música popular actual.
Siguiendo con su producción, desde el inicio hasta el final, Matthews conserva un equilibrio casi perfecto entre la letra y la orquestación. Como un verdadero genio, toca al menos una docena de instrumentos en el álbum, demostrando una habilidad que la mayoría de los músicos de hoy solo pueden envidiar. Aquí no hay espacio para samples sin alma ni para la producción en masa. Cada nota parece haber sido pensada meticulosamente, lo que podría parecer una rareza en una época donde se celebra lo fortuito y aparentemente "auténtico".
Como dato adicional, el nombre, 'La Tardanza de la Hora', es algo que invita a la interpretación. ¿Es una crítica a cómo nos encontramos atascados en un ciclo interminable de procrastinación cultural? Seguramente sí. Matthews captura una preocupación que muchos han dejado pasar: la falta de profundidad y compromiso en nuestra cultura instantánea.
Cabe mencionar que cuanto más escuchas este álbum, más descubres el trabajo detallado de Eric Matthews. Los arreglos sorprendentes te invitan a una segunda y tercera escucha, y te desafían a comprender plenamente el mensaje musical. No se trata de algo que abrazarás de inmediato, en absoluto. Es un proceso de inmersión, para los que están dispuestos a desafiar sus propios prejuicios.
Para aquellos que podrían sentir el escozor cultural que Matthews provoca, este álbum no necesita una validación superficial. La genialidad se encuentra muchas veces en los detalles. Tal es el caso aquí: escuchar 'La Tardanza de la Hora' es un viaje para aquellos que sienten nostalgia por una época en que la música invitaba a la reflexión y no solo al consumo pasivo.
Y claro, sin dudarlo, aquellos que prefieren que la música solo sea un fondo bonito y fácil de digerir por los algoritmos, pueden sentirse incómodos. Esta obra desafía la complacencia y nos recuerda por qué la música es una forma de arte viva, que no debe ser atrapada por las tendencias.
En una realidad llena de conteos de reproducciones y canciones virales de un solo golpe, Eric Matthews resurge como un faro de integridad artística. 'La Tardanza de la Hora' no es solamente una colección de canciones; es una declaración contra un mundo que ha olvidado lo que realmente significa crear.