Oise es un lugar donde siempre hay acción política, especialmente en su segunda circunscripción. En cada elección, parece ser una corrida de toros, y los protagonistas no perdonan. Situada al norte de París, esta región, con una historia rica y una estructura política compleja, no es el típico bastión que los liberales suelen asaltar con facilidad. Semejante a un cuadro bélico, esta circunscripción resiste con fuerza ante los oleajes de la modernidad. Como dije, nadie se duerme aquí, ni los votantes, ni los candidatos.
¡Homero no nos disculpe! Si de algo estamos seguros es que la batalla electoral en Oise es como un espectáculo épico. Los candidatos se lanzan con ímpetu semejante a los héroes de la Ilíada. Cada promesa es poderosa, cada discurso una odisea. Esta circunscripción no es solo un escenario, sino una arena donde las ideas conservadoras encuentran un terreno fértil, muy a pesar de lo que quisieran los soñadores liberales.
Trumpismo a la francesa. En la segunda circunscripción de Oise, la política se siente viva y robusta. No es de extrañar que las ideas que resuenan aquí tengan un eco similar a algunas de las que sonaron en Estados Unidos con el ex presidente Donald Trump. El discurso patriótico, enfocado en preservar los valores culturales y familiares, encuentra aquí una chispa, una pasión que pocos pueden ignorar.
Datos que no mienten. En términos de resultados, esta circunscripción es interesante. Durante años ha sido el bastión del conservadurismo francés, un reflejo de lo que es Francia en su esencia: orgullosa, independiente y absolutamente noble en su determinación. Resultados, que aunque puedan variar con cada elección, siempre sorprenden con una alta participación electoral, algo que suele desesperar a los eternos optimistas.
Tradición versus modernidad. Aquí el choque es tangible. ¿Olvidar las tradiciones profundamente arraigadas y abrazar el cambio por el mero hecho de cambiar? ¿Es eso progreso? Para muchos en esta circunscripción, la respuesta es un rotundo no. Ellos creen en el progreso, sí, pero uno que no olvide lo que realmente significa ser francés. El verdadero cambio es el que respeta y honra las raíces.
El pulso económico. Contrario a lo que algunos piensan, ser conservador no significa estar en contra del progreso económico. Al contrario, la segunda circunscripción descubre una y otra vez que el crecimiento no viene de manos del caos y la desregulación desenfrenada, sino de una estabilidad serena que permite a las pequeñas y medianas empresas florecer sin temor a ser devoradas.
Vínculos con el pasado. Elegir mantener vínculos con el pasado no es siempre un signo de resistencia al cambio. En esta zona, la historia juega un papel crucial, anclando las visiones de futuro sobre un cimiento sólido. La modernidad sin cimientos es como una casa sin base, y aquí, la comunidad entiende perfectamente la importancia de mantener sus tradiciones vivas.
Familia y comunidad primero. La vida en la circunscripción dos del Oise da testimonio de lo vigente que están los valores familiares y comunitarios. En una época donde el individualismo se exalta, aquí se valora mucho más el colectivismo conservador. El tejido comunitario hace de contrapeso al desarraigo desenfrenado que promulgan los soñadores.
Educación con principios. Cuando muchos hablan de revolucionar la educación, en Oise prefieren apostar por una educación con fundamento. Aquí entienden que no se trata solo de tecnología, sino de valores que forman el carácter. La perspectiva es enseñar a las futuras generaciones lo necesario para enfrentar el mundo, sin olvidar quienes son.
Cultura en primer lugar. Arte, historia y cultura son la columna vertebral de la región. Saber de dónde se viene para dirigir hacia donde se va; en esto radica la fuerza de la segunda circunscripción. Ellos no solo hablan de cultura, la viven. Cualquier iniciativa económica o política que no entienda esta realidad tiene pocas posibilidades de éxito.
Otra batalla por delante. En cada elección nos queda claro que en Oise no existe un camino fácil. La competencia es feroz, y las convicciones fuertes. Los desafíos del siglo XXI son enormes, pero la segunda circunscripción está bien equipada para afrontarlos, manteniendo la cabeza alta y el corazón valiente.