¡Kuntilanak 2: Terror que los progres preferirían ocultar!

¡Kuntilanak 2: Terror que los progres preferirían ocultar!

"Kuntilanak 2" es una película de horror indonesia sobresaliente que desafía la corrección política, llevando al espectador a un viaje culturalmente enriquecedor de miedo sobrenatural y mitos aterradores.

Vince Vanguard

Vince Vanguard

¿A quién no le gusta una buena película de terror para revolucionar los sentidos? "Kuntilanak 2" es una de esas joyas ocultas del género que nos llega desde Indonesia, llevándonos a un mundo de mitos aterradores y tradiciones que desafían el pensamiento racional. Esta secuela fue lanzada en 2019 y se sitúa dentro de la rica tradición de películas asiáticas de horror que capturan la cultura y supersticiones locales. La dirección de Rizal Mantovani no decepciona, continuando la historia de los kuntilanaks, esos fantasmales seres que tanto fascinan como aterrorizan al público.

Lo que hace que "Kuntilanak 2" destaque es su capacidad para subvertir las narrativas convencionales de terror y ofrecer una experiencia que los fans del género realmente desean. Aquí no hay historias empapadas de culpa individualista o narrativas moralistas que frecuentemente vemos en el cine occidental. En lugar de eso, se nos presenta un relato que respeta su entorno cultural y agita temáticas que apuntan directamente a tocar las fibras más humanas del pánico.

La trama se centra en un grupo de niños que se embarca en una peligrosa aventura para acercarse a un espejismo de vida después de la muerte, sólo para descubrir que han despertado al terror que acecha en la oscuridad. Y es este relato de valentía juvenil y enfrentamiento al miedo lo que realmente subraya esos valores tradicionales que algunos quisieran olvidar. Visualmente, "Kuntilanak 2" nos ofrece imágenes que van desde lo claustrofóbico hasta lo sobrenatural, una combinación que sabe mantener al espectador al borde del asiento.

Así, "Kuntilanak 2" no se olvida de esos iconos de la cultura indonesia, entrelazándose con las historias que las antepasadas contaban en susurros a la luz de las velas. Mantovani utiliza el paisaje cultural exuberante de Indonesia para darle vida a la leyenda, alejándose de las luces de neón y narrativas urbanas que muchas veces nos saturan en el cine occidental.

La música y el diseño sonoro consiguen su propósito al ser la espina dorsal de la narrativa; lo que realmente trasciende es la tensión que se crea a partir de cada sonido de madera crujiendo o viento aullando, despertando memorias ancestrales de la era pre-digital. El respeto por las tradiciones y la dotación de un contexto real y auténtico, libre de adornos artificiales, crean una atmósfera más inmersiva. Aquí es donde la película engancha al espectador, manteniéndolo atento a cada pequeño giro de la trama.

Lo crítico de "Kuntilanak 2" es cómo utiliza su propio territorio cultural como un escaparate para recordar a los visionarios del cine sobre la importancia de nuestros mitos y leyendas autóctonas. Lejos de obsesionarse con la saturación tecnológica que inunda a Hollywood de CGI y efectos especiales megalíticos, esta película encuentra su fuerza en lo conocido, en lo que resonará internamente porque forma parte de nuestro inconsciente colectivo.

Puede que para el espectador occidental, poco acostumbrado a narrativas culturalmente ricas, "Kuntilanak 2" parezca en algunos puntos como un relato demasiado enraizado en su entorno. Sin embargo, esa es precisamente su fortaleza; el oficio de contar una historia que es intemporal y a la vez tan actual. En un mundo que a veces parece estar rompiéndose en fragmentos de divisiones irreconciliables, estas narraciones nos recuerdan el poder de comprender y respetar lo que nos hace diferentes.

Por demás está decir que "Kuntilanak 2" no se trata de una historia que se amolda a la corrección política que muchos exigen en la narrativa contemporánea. ¡Ahí está precisamente su esencia y encanto! Su habilidad para intrigar sin caer en pantanos pragmáticos busca conectar con esas líneas atemporales del miedo humano, independientemente de lo que las estadísticas modernas puedan dictar.

Los relatos de horror clásico oriental asumen un papel central, razón por la cual muchos de ellos, incluyendo a "Kuntilanak 2", siguen resonando con fuerza más allá de sus fronteras originales. Este tipo de cine, lejos de ser un mero espectáculo, opera como un recordatorio: hay cosas a las que deberíamos volver, rescatando lo que ciertos sectores preferirían cambiar u ocultar. "Kuntilanak 2" se alza como una epopeya del miedo que desafía cualquier intento por mercantilizar o acallar su esencia enfrentando no sólo los terrores sobrenaturales, sino también las vistas parciales de un mundo que al parecer, intenta alejarse de donde realmente venimos.