Muchos habrán oído hablar de Australia Occidental por lugares como Perth o el Parque Nacional Karijini, pero los verdaderos aventureros, los de carácter fuerte, saben que hay joyas escondidas por ahí que merecen la pena. La Isla de las Focas, o como se conoce localmente, Seal Island, es una de ellas y nos hará replantearnos nuestro compromiso con la naturaleza.
Visitar la Isla de las Focas es un viaje que no muchos se atreven a realizar. Esos turistas modernos con sus kilómetros de 'selfies' se lo pierden, pero para quienes buscan estar al aire libre, sumergirse en el espiritu de lo salvaje, es una oportunidad imperdible. Si eres de los que piensan que la naturaleza debe disfrutarse y respetarse sin caer en el ecologismo radical que a menudo predican ciertos sectores, esto te interesa, porque puedes disfrutar de esta isla sin las ataduras que suelen imponer las regulaciones tontas.
La fauna en la Isla de las Focas es, como su nombre sugiere, espectacularmente rica en focas y lobos marinos. Para un auténtico aventurero, los verás de cerca sin los escudos inútiles que muchos pretenden ponernos bajo la premisa de seguridad. No te mientas, esto no es un zoológico donde los animales están en jaulas, este es su hábitat y, como visitante, eres tú el que debe saber cómo comportarse.
A diferencia de los ensueños de los liberales que piensan que todo espacio natural debe convertirse en un santuario inalcanzable para los humanos, aquí las playas son abiertas, y puedes disfrutarlas tanto como respetes a las criaturas que allí habitan. Lo cierto es que aquí, la convivencia con la fauna no solo es posible, sino que te devuelve algo que es necesario: un sentido de responsabilidad personal hacia el entorno.
Este fragmento de naturaleza en Shoalwater Bay no presenta los excesos de otras partes. Estamos hablando de playas de arena blanca, aguas cristalinas que superan cualquier filtro de Instagram y un ambiente casi virgen, idóneo para aquellos que buscan experimentar el mundo más allá de las pantallas digitales que frecuentan las generaciones que parecen haber olvidado lo que significa verdadero contacto con el ambiente.
La Isla de las Focas es también un lugar perfecto para practicar deportes al aire libre como el snorkeling. Las aguas tranquilas permiten una visibilidad impresionante, donde no necesitas de más protección que unas aletas y unas gafas de buceo. Sin embargo, a pesar de esta accesibilidad, no todo el mundo quiere que tú disfrutes a lo grande de estas maravillas. Existen quienes creen que limitar el acceso al simple uso "ecológico" es la solución.
Quienes somos verdaderos defensores de lo que la naturaleza tiene para ofrecer sin adornos políticos debemos no solo visitar, sino defender, estos lugares de cualquier normativa que amenace con limitar o incluso prohibir nuestro derecho al disfrute. Es nuestra obligación, más allá de aquellos que claman defender al planeta pero nunca se han embarrado las manos ni trepado una roca en su vida.
¿Qué tal si buscas una experiencia de pesca o una salida en kayak con tus amigos? Asegúrate de hacerlo responsablemente, claro está, pero hazlo sin el remordimiento que algunos quieren imponernos. Recordemos que hemos sido intrépidos exploradores desde el principio. Al visitar lugares como la Isla de las Focas, no solo estás disfrutando de una experiencia única e inolvidable, estás reafirmando tu derecho a ser parte de este mundo en su estado más puro.
Así que empaca tus cosas, prepara a tus compañeros de viaje y aventúrate. La Isla de las Focas nos llama a clamar nuestra independencia y apreciar las maravillas que nos da la madre naturaleza. Y a aquellos que quieren encasillar a la isla, enredarla con cuerdas de regulación insensata, les decimos que esto no se trata de encerrarse sino de liberarse.