Imaginemos un lugar donde las temperaturas alcanzan una sensación térmica comparable al infierno literario de Dante, y aun así, miles de personas viven y trabajan ahí, drenando petróleo bajo el sol abrasador. Estamos hablando del Golfo Pérsico, un área geopolítica clave y una olla de presión climática y política. Todo esto sucede mientras el mundo mira hacia otro lado, entretenido por frívolas discusiones de modas verdes que no valen para nada en situaciones extremas como estas. El Golfo Pérsico, hogar para países como Arabia Saudita, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos y Qatar, es un centro neurálgico para la producción de petróleo. Desde que el oro negro se convirtió en la clave de la economía mundial durante la industrialización, esta región se ha vuelto una pieza crucial en el tablero geopolítico. El calor extremo no es una novedad, sino una constante que, sin embargo, se ha ido intensificando debido al cambio climático. El cuándo es ahora, cuando la Torre del reloj de Meca marca temperaturas personales de 50 grados centígrados en sus sombras.
Infierno del Golfo Pérsico: Calor y Política en la Normativa Moderna

El Golfo Pérsico, un infierno de calor y petróleo, es una zona estratégica que desvela las ironías de los discursos ecológicos desligados de la realidad política.

Vince Vanguard