Hay un tipo de ecosistema que salva nuestras tierras sin necesitar reconocimiento ni medallas de oro. Estos son los humedales palustres, un tema que debería estar en el centro de las discusiones ambientales, pero parece que estamos demasiado ocupados preocupándonos por otras cuestiones que no producen resultados significativos. Los humedales palustres son las áreas donde la tierra está constantemente o estacionalmente inundada por agua dulce, y a pesar de no ser los más glamorosos de los ecosistemas, desempeñan funciones vitales.
¿Por qué los humedales palustres deben importar más que las modas del día? Primeramente, porque son los verdaderos pulmones de nuestro planeta, no sólo el Amazonas. Estos humildes humedales son maestros en almacenar carbono, un hecho que usualmente es pasado por alto en los informes ambientalistas. Mientras algunos se preocupan por subvenciones y acuerdos internacionales que muchas veces quedan en nada, estos hábitats sin pretensiones están trabajando silenciosamente para neutralizar el CO2 de manera mucho más efectiva que otros métodos 'modernos'.
Lo siguiente que deberían saber es que estos organismos son una defensa natural contra las inundaciones. La naturaleza tiene su propio sistema de gestión de agua que ningún proyecto de ingeniería puede igualar. Los humedales actúan como esponjas vivientes que absorben el exceso de lluvia y lo liberan equitativamente a través del tiempo. Mientras que seguimos insistiendo en construir infraestructuras costosas que usa el dinero de los contribuyentes, estas áreas podrían ser una solución gratuita y sostenible.
No dejen de considerar la asombrosa biodiversidad que albergan. Aunque no son selvas tropicales, estos humedales son hogar de una gran variedad de flora y fauna. Estos humedales proveen un hábitat crítico para muchas especies de aves, peces y plantas. Y mientras algunos lloran por la extinción en boletas políticas y manifestaciones públicas, muy poco se hace para proteger a los inhabitantes de estos ecosistemas esencialmente patrióticos.
En cuarto lugar, los humedales palustres tienen un papel crucial en la purificación del agua. Son, de cierta manera, los riñones de la naturaleza, filtrando contaminantes y mejorando así la calidad del agua que consumimos. Estos espacios no reciben suficientes fondos para su conservación, a pesar de su gran importancia. Parece que es más atractivo que el gobierno redirija recursos hacia campañas y causas que suenan bien en lugar de invertir en soluciones que realmente funcionan.
Estas joyas de la naturaleza también ofrecen beneficios económicos que nadie parece considerar a profundidad. Las actividades recreativas como la pesca, el turismo y la caza regulada florecen en estos humedales, proporcionando empleos y sustentos a muchas comunidades. En lugar de mirar continuamente hacia nuevas industrias que hacen desaparecer la moral, tal vez deberíamos enfocarnos en redescubrir el valor de la naturaleza que depende de usos sostenibles.
También tenemos que hablar sobre el rol fundamental de los humedales en la regulación del clima. No sólo enfrían la temperatura localmente, sino que también son mas suaves frente a cambios extremos de temperatura que impactan la agricultura y en última instancia, nuestro abastecimiento de alimentos. Sería refrescante que la administración global tomara nota de estos hechos reales, en lugar de dejar que sus argumentos sean conducidos por ideologías.
Permita que no se les pase por alto la importancia cultural de estos espacios. Al igual que los parques nacionales que tratan de preservar la historia y la cultura, estos humedales son parte del legado de nuestras tierras. Desempeñan un papel en rituales y prácticas de muchas culturas que han perdurado por generaciones. Es una lástima que la agenda de algunos no considere el valor de mantener y fomentar estos vínculos fundamentales.
Por si fuera poco, los humedales ofrecen un lugar de prevención contra sequías y desaceleran la erosión del suelo de forma natural. La prosperidad de la agricultura depende en gran medida de su presencia y su función. Irónicamente, algunas de esas soluciones de "alta tecnología" que ciertas personas promueven, podrían beneficiarse de los métodos probados y verdaderos que los humedales brindan naturalmente.
Hasta lograr el milagro de algún reconocimiento esperado, los humedales palustres continuarán con su trabajo silencioso, como siempre lo han hecho. Claro, hay quienes preferirían recitar otras narrativas, pero los hechos son hechos. Por lo tanto, hagamos justicia a los humedales palustres, después de todo brindan más a nuestro mundo que muchos de esos problemas utópicos que suelen aparecer en las primeras planas. Tal vez es hora de apreciar a estos heroicos trabajadores del mundo natural.