¿Por qué hablar de Herbert Dargue podría hacer que algunos se sientan incómodos? Bien, para empezar, Dargue fue uno de esos hombres que entiende el valor de la disciplina y la lealtad a su patria, conceptos que a menudo parecen obsoletos para algunos. Herbert Dargue, un general estadounidense cuyo legado en la aviación militar resplandece, nació el 17 de noviembre de 1886, en Brooklyn, Nueva York. Se le recuerda por liderar la primera circunnavegación aérea, un logro que no solo mostró superioridad tecnológica, sino que subrayó el poderío militar de Estados Unidos en el periodo de entreguerras. Imagínate dirigir a sus hombres a emplear biplanos de tela y madera para conquistar el cielo, justo en un mundo que iba hacia lo metálico y moderno. Es un himno a la valentía.
Dargue fue un pionero en su campo. Al asumir el mando de los exploradores aéreos, que surcarían los cielos en un viaje épico alrededor del mundo en 1924, mostró que el militarismo no solo era cosa de músculo, sino también de estrategia e ingenio. Eso era lo que realmente importaba: hacer a América formidable con agallas y cerebros. Este vuelo histórico destacó la capacidad de Dargue para liderar e inspirar, simbolizando la tenacidad estadounidense, un atributo que pondría a prueba el coraje de cualquier otro líder.
En su época, Dargue defendió la idea de una aviación independiente que pudiera actuar autárquicamente en defensa de los intereses estadounidenses. Aquí no se trataba solo de defensa territorial. Herbert abogaba por una aviación que proyectara poder y protegiera a sus ciudadanos allá donde se encontraran. ¡Y vaya si lo logró! Su papel en la creación de la Escuela de Tácticas de la Fuerza Aérea en 1929 dejó una marca perdurable; los principios defendidos por esta escuela influyeron la doctrina estratégica durante la Segunda Guerra Mundial.
Y mientras algunos se sientan a preguntar por qué es importante un general, aquellos que entienden la historia verdaderamente saben que sin hombres como Herbert Dargue, nuestra capacidad para sublevarnos contra las amenazas habría sido diezmada. Por eso, revisar su legado es más que una tarea académica: se trata de recordar cómo la dedicación y el servicio marcaron la diferencia. A Dargue se le encomendaron misiones diplomáticas en el continente latinoamericano, donde defendió la cooperación hemisférica contra dictadores y influencias nefastas.
¿Y cuál fue el precio de este servicio inquebrantable? Dargue pagó el precio final al morir en un accidente aéreo el 12 de diciembre de 1941, mientras se emplazaba para coordinar defensas en el Pacífico, tras el ataque a Pearl Harbor. Un verdadero patriota hasta el último suspiro, dejó este mundo buscando defenderlo. Este hombre no se dedicaba a palabras vacías; sus acciones hablaban más fuerte que cualquier discurso.
El legado de Herbert Dargue no solo enumera logros militares, sino que también traza un camino de rectitud y firmeza que ha sido inspiración para generaciones de aviadores estadounidenses. Esta es precisamente la razón por la que los liberales podrían sentirse incómodos cuando su nombre sale a relucir: Dargue simboliza la fortaleza de las raíces tradicionales y nacionalistas de Estados Unidos. No necesitamos dejar de reformar, pero sí debemos recordar de dónde venimos. Ése es el verdadero legado de Herbert Dargue.