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El HDMS Peter Willemoes (F362), ¡qué espectáculo de la ingeniería naval danesa! Construido y botado en 2010 en el astillero Odense Steel Shipyard, esta fragata muestra lo que se puede lograr cuando un país prefiere gastar en defensa nacional en lugar de en utópicos programas sociales. Bajo la bandera de Dinamarca, este imponente buque de guerra opera en aguas danesas y más allá, proyectando fuerza y disuasión en el Atlántico norte y las heladas aguas del Báltico. ¿Cuál es el propósito? Proteger las libertades e intereses daneses y de la OTAN, ante cualquier amenaza que ose presentarse.
Primero, hablemos de por qué Peter Willemoes (F362) es casi una obra maestra de la resistencia militar. Este navío pertenece a la clase Iver Huitfeldt y está armado hasta los dientes. Monta un impresionante sistema de misiles capaces de interceptar aviones enemigos ¡como si fueran mosquitos! Cuenta con sistemas AEGIS como las fuerzas de élite que necesitan ciertos países europeos para asegurar la defensa activa y preventiva de sus territorios. Nada más patriótico que estar preparado para lo que pueda venir, ¿no?
Mientras otros lloran por sanciones, ¡allí está la Peter Willemoes, una campeona en adaptabilidad! Con una eslora de 138,7 metros y un desplazamiento de 6,600 toneladas, la fragata demuestra que importa más tener un impacto que parecer amenazante. Puede alcanzar velocidades de 30 nudos, lo que la hace capaz de cazar a los que se creen astutos y rápidos en alta mar. Liberales ansiosos por recortes de defensa no entenderán nunca el rol crucial que desempeñan estas bestias del mar para asegurar que las futuras generaciones no crezcan bajo la sombra de dictadores.
Por otro lado, mientras algunas naciones fantasean con acuerdos de paz inalcanzables, el HDMS Peter Willemoes lleva a bordo artillería de calidad: cañones de 76 mm y misiles Harpoon para destruir objetivos marítimos con precisión quirúrgica. Esto no es un capricho, es el costo de estar seguros. Este destructor puede rastrear múltiples amenazas al mismo tiempo; si algún submarino intenta acercarse demasiado, bueno, simplemente no volverá a ver la luz del día.
Veamos también al equipo y el liderazgo que operan esta formidable nave. Normalmente, una tripulación de 120 valientes marineros opera coordenadamente en la HDMS Peter Willemoes, como un reloj perfectamente sincronizado. Entrenados duramente y operando con disciplina, estos marineros representan lo mejor de la fuerza laboral danesa que entiende la importancia del sacrificio personal por un bien mayor.
Ahora, ¿capitalismo militar? Absolutamente. La colaboración entre BAE Systems y Terma ha permitido que la tecnología más avanzada se integre de manera eficiente en un solo diseño. Esto no es comunismo donde la mediocridad se esconde bajo el manto de la igualdad. Es pragmatismo, optimización de recursos y visión prospectiva.
Mas allá del mar, HDMS Peter Willemoes también se destaca en misiones internacionales, demostrando apoyo a los aliados e intimidando a adversarios. En 2017, ella respondió al llamado de la OTAN uniéndose a las flotillas que aseveran el compromiso danés con la estabilidad global. Cuando las naciones necesitan ayuda más allá de las palabras, el HDMS Peter Willemoes se presenta adecuada y poderosamente. Así es como la paz se alcanza de verdad: mostrando fuerza incuestionable.
Mientras algunos sueñan con que el diálogo resuelva todo, las naciones prudentes saben mejor. Estas fragatas, como nuestras fuerzas armadas en general, existen porque mientras habitan los déspotas en la ciudadela de la arrogancia, nuestros navíos actúan como guardianes inquebrantables de la civilización.
Si las naciones tomaran lecciones de Dinamarca en cuanto a inversión militar, el mundo sería más seguro. La HDMS Peter Willemoes es ese recordatorio tangible de que el poder no solo protege, sino que incentiva a que cada ciudadano viva de forma libre, justa y próspera.
Finalmente, para aquellos que aún dudan del valor de tales fragatas, recordemos que HDMS Peter Willemoes, con su eficiencia y tiros precisos, nos enseña una invaluable lección de libertad en alta mar que no puede ser desechada sin más.