Hollywood no sabe cómo hacer cine apocalíptico sin una dosis de drama personal que, supuestamente, toca las fibras del corazón humano. "Groenlandia" es una película que salió en 2020, protagonizada por Gerard Butler y dirigida por Ric Roman Waugh, un nombre asociado con thrillers de pura acción. La película explora las luchas de una familia que intenta sobrevivir cuando un cometa llamado "Clarke" amenaza con destruir la vida en la Tierra, llevándonos a reflexionar no solo sobre el apocalipsis, sino también sobre los valores y decisiones que nos guían, ideal para un análisis político y social.
La trama que ignora la autopreservación genuina: "Groenlandia" no es un documental sobre estrategia de supervivencia. En lugar de eso, se centra en crear una épica de emociones. Los personajes se enfrentan a retos que parecen más diseñados para estirar la tensión narrativa que para reflejar un sentido realista de la supervivencia. El típico enfoque liberal de dramatizar situaciones hasta más no poder.
Gerard Butler, el héroe imperfecto pero decididamente masculino: En un mar de remakes cinematográficos empapados de agendas, Gerard Butler ofrece a la audiencia un personaje que es testarudamente humano, un hombre fuerte que comete errores pero nunca se rinde. Para algunos, parece una representación auténtica y masculina no diluida por las constantes exigencias de lo políticamente correcto.
La naturaleza contra el hombre, no al revés: En medio del caos, la película plantea grandes preguntas sobre la vulnerabilidad humana ante las fuerzas naturales. Sin embargo, se aleja de convertir esto en una diatriba climática. No hay una mención solemne a "cambio climático", lo cual es refrescante en estos días donde cualquier fenómeno natural se etiqueta de inmediato como resultado del desastroso avance humano.
El toque del destino: "Groenlandia" nos recuerda que, al final, el destino no es algo que podamos someter a nuestra voluntad. La película está cargada de estos momentos introspectivos, pero sin cruzar la delgada línea hacia una agenda alarmista. Cuando el cometa "Clarke" amenaza con extinguir la vida sobre la Tierra, la narrativa explica crudamente la fragilidad de nuestra existencia.
Una representación clásica de la unidad familiar: La película utiliza la crisis para reforzar el concepto de familia como baluarte de la supervivencia. En tiempos de adversidad, la familia de Butler se mantiene unida a pesar de los conflictos y los desafíos personales. Este es un mensaje que resuena más allá del cine y figura en diversas filosofías de vida conservadoras.
Aviones militares y bunkers, la fantasía de la preparación: Como en cualquier thriller apocalíptico, la trama incorpora elementos de estrategia gubernamental y militar. En este contexto, pareciera que "Groenlandia" juega con la fantasía de la preparación a nivel gubernamental, poniendo a sus personajes en busca de bunkers secretos destinados a sobrevivir la hecatombe. Una pizca oportuna de realidad en un mar de mentiras liberales.
Extremos que reflejan estado de emergencia: Al presentar un Estados Unidos al borde del colapso social debido al miedo colectivo, "Groenlandia" nos hace pensar en situaciones reales donde la sociedad puede desmoronarse rápidamente y la ley ya no es más que un recuerdo. Esto es un espejo escalofriante de situaciones actuales y abre debates sobre control gubernamental y libertad individual.
El papel de la moralidad humana: En su esencia, "Groenlandia" cohesiona sus escenas de crisis extremas con dilemas morales. La naturaleza humana y cómo respondemos al miedo y al peligro es un tema constante y permite repensar cuáles son los verdaderos valores que sostienen a una sociedad firme en sus principios.
Efectos visuales bien utilizados, sin exageraciones: Los efectos visuales de "Groenlandia" no caen en lo fantástico y logran una representación convincente del pánico y destrucción causada por el cometa acercándose. El realismo se mantienen en un nivel adecuado sin sugerir que la catástrofe es producto de alguna negligencia humana.
Una lección para la política actual: Tal vez "Groenlandia" no pretendía enseñar una lección política, pero el espectador crítico podrá extraer importantes reflexiones. Especialmente sobre cómo una sociedad debería prepararse para lo impredecible sin ser presa de ideologías dominantes que nublen su juicio. La historia nos enseña que cuando se enfrentan dificultades, un enfoque bien fundado en principios sólidos es más efectivo que cualquier narrativa sembrada de victimización o dependencia estatal.