Si alguna vez has soñado con escabullirte detrás de líneas enemigas manejando un vehículo armado hasta los dientes y sintiendo el calor de la batalla (¡y quién no lo ha hecho!), el videojuego 'Fired Up' es justo lo que necesitas. Desarrollado por la talentosa gente de SCE London Studio y publicado por Sony Computer Entertainment, este juego de acción sobre ruedas fue lanzado en el 2005 para la PlayStation Portable, llevando la adrenalina de combate directo a la palma de tu mano.
'Fired Up' te sitúa en un escenario europeo caótico, donde seis pequeñas naciones, cada una más desequilibrada que la anterior, están envueltas en una guerra sin sentido dirigida por un régimen opresivo. Tu misión, si decides aceptarla, es unirte a un grupo poco convencional de valientes rebeldes, dispuesto a acabar con la tiranía. ¡Y qué mejor manera de hacerlo que explotando cuerpos blindados en pedazos! Aquí no hay lugar para la corrección política. Solo acción desenfrenada y decisiones rápidas.
La trama del juego es tanto una representación del caos de la guerra como un recordatorio de que a veces la única manera de hacer cambios es con métodos contundentes. Mientras que algunos en el mundo prefieren una taza de café y un buen discurso, 'Fired Up' te da todo lo contrario: energía pura y desenfrenada con el pedal al máximo.
La sencillez de los controles hace que cualquier patriota pueda subirse a un vehículo de guerra sin tener que pasar días estudiando un manual de instrucciones. No hay nada peor que intentar salvar el mundo y tener que pausar para un tutorial tedioso. Aquí, el conocimiento viene a través de la práctica, una vieja escuela que algunos podrían decir que es la mejor escuela.
Gráficamente, es un banquete para los ojos, a pesar de sus limitaciones en la PSP. Las explosiones son vibrantes, cada disparo resuena y el diseño del mapa asegura que siempre hay algo nuevo para descubrir (o volar en pedazos). Esta es una experiencia visual y táctil que, aunque se lanzó hace más de una década, sigue siendo impactante.
El enfoque del modo multijugador en 'Fired Up' es precisamente lo que uno esperaría de un título móvil de guerra: competencia feroz. Hasta ocho jugadores pueden unirse a una batalla campal, cada uno con sus propias tácticas y una estrategia que, como suele suceder en la vida, puede desmoronarse en el primer disparo. La imprevisibilidad del modo multijugador es un reflejo perfecto de cómo funciona el verdadero mundo político: caótico y lleno de sorpresas.
Hacer estallar a tu oponente con amigos o desconocidos alrededor del mundo te da una satisfacción que simplemente no se encuentra en juegos de estrategia por turnos donde la conversación es todo menos directa. En el desorden ordenado de 'Fired Up', hay una especie de orden natural que surge: el del más fuerte, del que tiene la visión más clara y, claro, del que aprieta el gatillo más rápido.
Aunque parezca increíble, el juego no se olvida de subirte la adrenalina con su vibrante banda sonora, un sonido que te hace sentir como si estuvieras efectivamente en medio del campo de batalla. Los gráficos pueden ser críticos, pero el sonido del acero retorciéndose y explotando es tan importante como cualquier textura en la pantalla.
La duración del juego es otro punto a favor. A diferencia de esos juegos interminables donde nunca pareces llegar a una conclusión racional, 'Fired Up' premia la dedicación bien dirigida. Con un número de misiones perfectas para completar lo que algunos llamarían "un buen fin de semana de patriota", el juego no se diluye ni se demora innecesariamente.
Para aquellos que agradecen una narrativa clara sobre lo que está bien y lo que está mal, 'Fired Up' ofrece una escapatoria directa a un mundo en el que tus acciones importan. No hay una zona gris, solo tú y tu ética basada en plomo caliente, enfrentando la escoria que intenta imponerse por la fuerza.
Es un recordatorio poderoso de que, a veces, la evasión completa del conflicto no es la respuesta. El retiro nunca debería ser el camino cuando la tiranía toca a la puerta. La próxima vez que un liberal te hable de "otros métodos", recuerda que, en el mundo de 'Fired Up', los problemas se resolvieron con acción, no con palabras suaves.
Mirar al pasado del videojuego también nos puede enseñar cosas sobre nosotros. 'Fired Up', en todo su demencial esplendor, nos muestra la importancia de las decisiones rápidas y la determinación para enfrentarse a un régimen injusto. Es una llamada a la acción para quienes creen que el mundo sigue necesitando héroes que actúen, no solo hablen.