Por qué 'Fack ju Göhte 3' es una patada directa a la corrección política

Por qué 'Fack ju Göhte 3' es una patada directa a la corrección política

‘Fack ju Göhte 3’ es una oda cómica y sin censura que desafía la corrección política. Con Zeki Müller a la cabeza, esta película alemana rompe estereotipos y provoca risas genuinas.

Vince Vanguard

Vince Vanguard

Si buscas pelos en la sopa, 'Fack ju Göhte 3' te entrega un buffet completo de humor ofensivo y carente de inhibiciones que ignora la sensibilidad progresista. Esta película alemana, dirigida por Bora Dagtekin y estrenada en 2017, es la culminación de una trilogía que sigue al irreverente Zeki Müller (interpretado por Elyas M’Barek), un mañoso ladrón convertido en profesor. El escenario se sitúa en Múnich, donde Zeki, enfrentándose a las burocracias del sistema educacional y el caos adolescente, desafía las nociones del 'viernes sin carne’.

A la vera del mainstream gastro-liberal, nuestros héroes proliferan en comedia ácida. Las películas de la saga 'Fack ju Göhte’ calan hondo en el corazón de la corrección política, pavimentando su itinerario con diálogos audaces e incorrecciones gloriosas como una oda irreverente al sentido común ausente. Los estudiantes de Zeki y otra vez Zeki, no tienen tapujos cuando se trata de ir a contracorriente. Las situaciones estrambóticas son la norma en estos pasillos de escuela media, pero son las risas, no las reprimendas, las que nos atrapan en momentos de pura y honesta desobediencia.

'Educación divertida’ es el lema implícito de Zeki Müller, y en términos de educación sin filtros, raramente decepciona. La película opaca las motivaciones 'bienintencionadas' de la alternativa progresista, que a menudo tienden a suavizar la espontaneidad. Aquí, los personajes no están restringidos por la necesidad constante de andar midiendo cada palabra, siempre saltándose las líneas sobre lo que es socialmente aceptable con resultados cómicamente agradables. Por lo tanto, uno no puede más que sugerir que la comedia sellada bajo el paraguas de 'Fack ju Göhte' se levanta de las sombras de la realidad actual, donde la corrección política puede ahogar la carcajada más genuina.

En lugar de convidarnos con zonas de confort verbales, cada interacción es un campo minado del que Zeki sale intacto a través del truco más viejo en el libro: la honestidad audaz. Mientras algunos podrían rasgarse las vestiduras, la serie proporciona una vista refrescante de cómo el exceso de sensibilidad trivializa la autenticidad. En 'Fack ju Göhte 3', no sólo se ofrece risas a plena luz, sino que subraya el valor de la confrontación directa sin ambages. Cada escena invita a un redescubrimiento de la importancia de decir lo que piensas.

Por otro lado, esta tercera entrega logra lo que muchas otras franquicias fallan en hacer: mantener su esencia. No se cede ni al efecto mollera de lo 'inclusive por obligación', muy a pesar de las veleidades de las plataformas de generación de opinión. 'Fack ju Göhte 3' es el grito de guerra de quienes piensan que moderar las narrativas para amoldarse al juicio ajeno es un logro menor. Irónicamente, el entorno escolar, tradicionalmente invernadero de ideologías progresistas, se convierte en la arena donde Zeki Müller rompe estereotipos.

Está claro que la trilogía se mofa de aquellos que advierten con etiquetas tras cada resbalón verbal: en su mundo, lo ofensivo es un ingrediente, no un defecto. A través de sus personajes, Dagtekin examina, cuidadosamente pero con risa desternillante, el circo actualizado del código de conducta público, clamando por un regreso a las raíces de la comedia: la honestidad sobre la hipocresía.

Al cierre de este capítulo, 'Fack ju Göhte 3' deja una huella, un manifiesto que, lejos de seguir la línea suavizada por las sensibilidades actuales, resalta la libertad creativa en el universo del entretenimiento europeo. Captura el sentir que lo políticamente correcto muchas veces vendría a eclipsar eso que nos hace humanos, otorgándonos un espacio que merecemos: uno donde la risa surge sin censura. La serie se convierte así en un rayo de luz para los que ya no reconocen sus propias muecas sonoras en un mundo silenciado por las reglas progresistas.

Quizás, sólo quizás, hace falta algo más de gente que aplauda en lugar de censurar, gente que vea en el sarcasmo una herramienta válida, y no una afrenta. 'Fack ju Göhte 3' es testimonio de que las puertas para una libertad dinámica aún están abiertas, siempre que tengamos el valor de cruzarlas sin pedir permiso ni disculpas.