Fabius Constable, el nombre que parece salido de una novela épica, es un músico de extraordinario talento que ha desafíado las normas del mundo de la música clásica y celta desde sus inicios. Nacido en Italia, Constable tiene una historia tan provocativa como su nombre. Se erigió como director de la Celtic Harp Orchestra, una agrupación que lleva la música tradicional celta a niveles insospechados. Desde su fundación en el año 2000, Constable ha transformado la percepción tradicional de la música celta, integrando inesperadas fusiones que han causado revuelo en los círculos más conservadores de la música. Sin duda, parece que este hombre ha decidido darle una vuelta de tuerca a todo aquel que mire hacia atrás.
Para entender a Constable hay que mirar su impresionante trayectoria. No se limitó a tocar el arpa de manera convencional. Lo que hizo fue revitalizarla, dándole vida y modernizando un instrumento con cientos de años de historia. Su trabajo ha sido una bofetada a esa idea que algunos tienen sobre que la tradición debe mantener su 'pureza', algo que seguro tiene a más de un liberal en un ataque de ansiedad. La música de Constable, con sus raíces firmemente plantadas en la antigüedad, es una deliciosa contradicción; sutil, pero vibrante, espiritual pero moderna.
Constable no solo se nutre de lo celta. Sus obras son un tapiz intrincado de diferentes culturas y estilos musicales, desde la música clásica asiática hasta el rock progresivo. Este trueque cultural desafía la idea de que las culturas deben mantenerse separadas para conservar su esencia. Constable ha demostrado que la evolución del arte implica precisamente una fusión constante e incluso caótica a ojos académicos. Su obra invita a reflexionar sobre cuán cerradas pueden ser las mentes ante nuevos paradigmas.
La vida de Constable no está exenta de polémica. No pocos le han criticado su visión. Constable ha hecho eco de lo que muchos piensan, que la tradición no debe ser encarcelada en las polvorientas páginas de un libro de historia. Sus espectáculos musicales, inolvidables y cautivadores, han demostrado que desafiar lo establecido puede ser una virtud. A pesar de las críticas, su público lo aclama; y eso, en la era de la corrección política, es cuanto menos un hito notable.
Sus giras a nivel mundial también han sido otro punto de fricción. Constable ha llevado su música a lugares tan diversos como China, Estados Unidos y varios países de Europa. Parece que no teme que lo tilden de cosmopolita, palabra que a menudo se utiliza con desprecio en ciertos ámbitos. Pero, ¿por qué debería temerlo? Su objetivo siempre ha sido expandir y compartir su obra. Su música ha cruzado fronteras, ha unido a las personas bajo un único sentimiento de belleza trascendente, demostrando una vez más que algunos de los mejores cambios vienen de romper las normas.
Fabius Constable también es un defensor de la educación musical. Ha colaborado con varias instituciones educativas promoviendo la enseñanza de la música celta entre jóvenes músicos. Él mismo es un testimonio vivo de lo que significa romper con lo convencional. En un mundo donde los jóvenes son bombardeados con música que frecuentemente carece de profundidad, Constable representa una alternativa tangible y enriquecedora. Su enfoque educativo insiste en mostrar que el verdadero camino hacia la maestría en el arte es a través de la pasión y el compromiso con la autenticidad, no de la conformidad.
Su álbum "The Wanderings of Light" es una perfecta encapsulación de su estilo rompe-reglas. Desde sus primeras notas, el álbum te transporta a un mundo donde la imaginación no tiene límites, un lugar que carece de las cadenas impuestas por la sociedad moderna. A través de su música, Fabius Constable nos lleva a cuestionar lo que entendemos por “ruido” y lo que consideramos “música”. Cada pista es una odisea que desafía nuestras percepciones, lo cual, por supuesto, incomoda a más de uno.
Constable demuestra que el arte no debe ser apolítico ni conformista. La música, como cualquier otra forma de expresión cultural, puede ser una herramienta para cuestionar y redefinir la realidad. Nos invita a repensar nuestras posturas y desafiar los límites impuestos por una sociedad que a veces se resiste al cambio. Esto es lo que hace que su trabajo sea no solo valioso, sino también necesario.
Con todo, Fabius Constable es una figura compleja que despierta tanto admiración como críticas. Su obra es un recordatorio continuo de que el arte verdaderamente innovador no se detiene ante el qué dirán, no se encierra en categorías ni etiquetas, y, sobre todo, no se pliega ante las limitaciones sociales. Su legado, tanto presente como futuro, seguirá intrigando a quienes buscan algo más allá del burdo conformismo.