Evander Berry Wall: El Dandy que Desafió la Convención

Evander Berry Wall: El Dandy que Desafió la Convención

Evander Berry Wall, apodado el "Rey de los Dandis", fusionó moda y poder en el siglo XIX, redefiniendo la elegancia masculina a pesar de las normas conservadoras de la época.

Vince Vanguard

Vince Vanguard

¡Ah, los días en los que los hombres vestían como si la vida fuera una alfombra roja! Evander Berry Wall, conocido como el "Rey de los Dandis", fue ese hombre que redefinió la elegancia masculina con su estilo audaz y deslumbrante. Nacido en 1860 en Nueva York, Wall aprovechó su fortuna familiar para convertirse en el epítome del dandy Victoriano y Eduardiano, mostrando al mundo que la apariencia y la riqueza podrían ser sinónimos de poder e influencia, aunque algunos digan lo contrario en estos días.

Wall heredó una fortuna a temprana edad y no perdió el tiempo en invertirla en moda y estilo. En una época donde la sociedad se basaba en la tradición, Wall rompió esquemas. Su fama creció a raíz de una anécdota, cuando, en 1883 en Long Island, se apostó con otro socialité, el Coronel John Jacob Astor IV, a quién vestiría diez trajes diferentes durante el día. Ganó el título de "Rey de los Dandis" cuando la alta sociedad lo reconoció y se burló gentilmente de sus oponentes menos extravagantes.

A medida que Wall exhibía su disparatada colección de trajes llamativos y camisas de colores chillones, participaba en la sociedad neoyorquina como un aristócrata que rechazaba sucumbir ante las normas rígidas. Vamos a ser sinceros, Wall hubiera sido constantemente criticado por la clientela progresista, esos que piensan que la moda masculina debe ser sobria y sin ostentaciones, pero él no se molestó. La moda era su arma, su declaración, y su libertad.

Su influencia no se limitó a Estados Unidos. Europa tampoco pudo resistirse a su encanto. Después de la bancarrota de su familia debido a unas inversiones fallidas no por su gusto excesivo por la moda, Wall se mudó a París en 1912, buscando nuevas oportunidades. Allí continuó asombrando a los parisinos con su lujo tan evidentemente estadounidense que, incluso en medio de austeros periodos, seguía imponiendo, porque sabía que el estilo no necesitaba justificación.

Durante su tiempo en París, Wall se rodeó de grandes nombres de la época, entre artistas y otros dandis, sugiriendo que la autoexpresión y la elegancia personal eran elementos vitales de la identidad de un hombre. Ni la Gran Guerra pudo derrumbar su ánimo. Wall simplemente navegó tiempos difíciles con la misma gracia con la que vestía sus trajes a medida. Y es que un buen dandy no deja que circunstancias externas marquen su espíritu.

Con su paso por los salones de baile y cenas elegantes, un hombre como Evander Wall era un constante recordatorio de lo que una verdadera sociedad de élite podría alcanzar: el refinamiento absoluto. Su firma de moda era única y fue mucho más que simples apariencias, era una protesta aristocrática contra una sociedad que, años más tarde, sería crítica en exceso con estos exponentes de gustos y excesos.

Wall murió en 1940, pero no sin dejar tras de sí una figura icónica que resuena en las historias de moda y cultura. Fue una de las últimas personas en anhelar libertad personal a través de la extravagancia de la moda en vez de buscarla a través de métodos vacíos actuales.

La figura de Evander Berry Wall nos recuerda que la moda no solo tiene que ser utilitaria, sino que es una forma poderosa de expresión personal. La sociedad necesita a más individuos que, como Wall, no teman desafiar las normas simplemente porque es lo que dicta la mayoría. A veces, la rebelión más grande es un traje bien cortado y «démodé».

Wall fue un ejemplo perfecto de la época dorada de los dandis y un personaje que, sin duda, continuaría sacudiendo las reglas y desafiando la retórica cultural actual con su mera presencia.