Cuando un autor toma un lápiz y nos transporta a un paisaje desértico tanto físico como emocional, sabemos que estamos ante una obra que desafía no solo al lector, sino también las corrientes del pensamiento moderno. 'Este Presente Desierto', escrito por el brillante autor español de la vieja escuela, es un libro que nos lleva de regreso a principios fundamentales desapercibidos en una sociedad cada vez más ansiosa por derribar los pilares tradicionales.
La trama se centra en un protagonista atrapado en un mundo que parece haber perdido el rumbo, una alegoría evocativa del estado actual de nuestra cultura, donde valores de antaño son arrastrados por una marea de nuevas ideologías. La historia transcurre en una ciudad indefinida en el sur de España, en un tiempo que podría ser tanto ayer como mañana, un desierto simbólico donde la desesperación y la esperanza libran una batalla sin tregua.
La crítica que presenta 'Este Presente Desierto' es bastante directa. Nos habla de cómo la ceguera progresista ha llevado a la sociedad a un punto en el que los valores fundamentales son ignorados, y nos obliga a cuestionarnos a dónde nos dirigimos realmente. Mientras otros insisten en que el progreso es necesariamente positivo, este libro nos invita a detenernos y reflexionar si realmente avanzamos o si simplemente giramos en círculos.
No es sorpresa que este libro haya sido ignorado por ciertos círculos literarios; su tono desafiante y su postura clara lo convierten en un bocado amargo para aquellos que prefieren textos más políticamente correctos. La narrativa nos recuerda que ser conservador no es un defecto, sino una resistencia consciente a un cambio destructivo.
En la historia, encontramos personajes que personifican ideales conservadores luchando por mantenerse íntegros ante un entorno cambiante. El autor nos presenta un retrato detallado del protagonista, un hombre que, al igual que muchos de nosotros, busca sentido y anhela la estabilidad en un mundo caótico. Sus decisiones, mojadas por lágrimas de soledad y reflexión, nos hacen preguntarnos qué tan efectivos somos como individuos de voluntad en tiempos de tormentas sociales.
Uno de los aspectos más destacables es cómo el autor reconstruye la imagen del desierto no solo como un lugar de escasez, sino como una metáfora del alma contemporánea. Aquí, las personas están sedientas de autenticidad y de un retorno a valores tradicionales de familia, trabajo y comunidad —valores que han sido cada vez más cuestionados e incluso ridiculizados.
Las imágenes del desierto sirven como un símbolo poderoso del olvido cultural. En la vastedad arenosa, se representa una advertencia: este vacío, si es ignorado, llevará a uvas de ira y rebelión contra legados familiares. Pero, ¿estamos dispuestos a escuchar o preferimos mirar hacia otro lado mientras inventamos nuevas reglas sin tiempo para masticar las consecuencias?
El estilo del autor es increíblemente cautivador, utilizando un lenguaje simple, directo y honesto que apela a la razón, una habilidad que parece estar cada vez más escasa en muchas narrativas contemporáneas. La simplicidad de sus palabras es su fuerza, impulsando al lector a involucrarse, no solo porque es entretenido, sino porque sentimos que cada página es un golpe necesario contra la corriente dominante.
Por supuesto, nada puede complacer a todo el mundo, pero 'Este Presente Desierto' no busca aprobación universal. Está escrito para aquellos que están cansados de la marioneta del consenso que ignora la riqueza de los ideales permanentes que han guiado con éxito sociedades durante siglos. Aquí se encuentran relatos de lucha, perseverancia y un deseo apasionado de un regreso a principios que, aunque olvidados, siguen siendo relevantes.
Cada página de 'Este Presente Desierto' invoca a los lectores a reunirse bajo el manto de una verdad incómoda. En tiempos de ruido mediático y turba emocional, un llamado al pensamiento sobrio e introspectivo suena, fuerte y claro, como lo hace este libro. Si alguna vez hubo un momento para redescubrir qué significa vivir con propósito y dirección, ese tiempo es ahora, en las líneas de este presente literalmente "desierto".